El líder es alguien que escucha. No le asustan las ideas nuevas, es más, está dispuesto a abrir su mente a nuevos enfoques para encontrar otras soluciones que le puedan pasar por alto. El líder es alguien que sabe que si las cosas se hacen cada día de la misma forma es imposible ser creativo y alcanzar retos. El líder no grita porque no le hace falta. No causa temor, infunde respeto.

El líder se rodea de personas más inteligentes que él porque sabe que eso suma esfuerzo y talento. Sabe que debe adaptarse como un camaleón. Que hay momentos para integrarse en el paisaje y momentos para sobresalir. Es alguien con ideas claras y métodos claros pero dispuesto a hacer concesiones. Sabe sus límites pero está dispuesto a superarlos.

El líder es cauto y racionaliza pero al mismo tiempo valora las emociones y cómo sus actos afectan a las personas.

El líder sabe cuando hablar y cuando callar y siempre da la cara, aunque sea para recibir incomprensión o quejas.

El líder es sencillo, pero brilla.

El líder está dispuesto a tomar decisiones arriesgadas que no gusten… si las cree justas, incluso a riesgo de perder votos o prebendas. Sabe que quizá su liderazgo será valorado por la historia, no por sus contemporáneos.

El líder también tiene miedo, a veces mucho, pero se lo traga. Sabe cómo canalizarlo, como transformarlo en trabajo, en esfuerzo. Su miedo no es el de un cordero que espera manso su turno en el matadero, es el de una madre cinco minutos antes de dar a luz, cuando la ilusión y las ganas vencen al dolor y la incertidumbre.

Un líder usa las palabras, nunca se las come. No se cree mejor que nadie pero se respeta a sí mismo.

Se equivoca y lo admite. Fracasa y se levanta. Sabe que puede, piensa que puede. El líder no es ni duro ni blando, es resistente pero flexible.

El líder tranquiliza, actúa de bálsamo, hace de guía.

Se busca líder.

Razón : un pueblo demócrata y desesperado.

Abstenerse aspirantes con ánimo de lucro.