baby-3289174_640

Me gusta verte bailar. Verte girar mientras tu pelo corta el aire y tu risa lo impregna todo. Me gusta tener memoria de pez cuando me enfado contigo. Ponerme el disfraz de bruja malvada sólo por un instante y casi sin darme cuenta estar buscando tus facciones dulces y suplicando coincidir con tus ojos. Sé que no puedo vulnerarte y que tu dolor será mi dolor para siempre. Sé que empiezo dónde tú acabas y que jamás tendré cerca nada tan perfecto como tú. Que podrías respirarme y sería feliz buceando en tus entrañas. Lo noto.
Eres mi risa. Mis ganas. Mis sueños. Surcas con tu cara de niña mis temores más eternos. Eres la mayor de mis razones. Mi gran atino, mi fuerza.
Busco el contacto con tus pupilas y noto como mis brazos te arrullan, te imaginan cuando no te tienen. Necesito tenerte, vivo de tus miradas juguetonas y tus manos pequeñas. Adoro notar que estás cerca, respirar a tu lado y saber que estás satisfecha. Adoro tu olor y tu tacto suave. Vivo pendiente de tus risas. Tan sólo anhelo que me sobrevivas y sueño con encontrarte las cosquillas…
Adoro acariciarte, notar tu presencia tibia y traviesa en mí, recordar que me invadiste, me surcaste, me superaste. Busco como una loba agarrarte fuerte para que no te me escapes, controlarte sin tregua… y al mismo tiempo te quiero libre, te quiero ver correr feliz y alocada, pero siempre cerca.
Eres mi aliento. Mi mar y mi cielo. Eres mi aventura más complicada y maravillosa. Eres mi todo. La explicación a lo inexplicable. El motivo. La esencia. El hilo que muchas veces me sujeta desde el cielo para que no caiga cuando soy una marioneta cansada. Eres la meta y el camino. El principio y el fin.
Quererte es el más grande de los dones y el que genera en mí más ansiedades. Vivir es ver mi cara en tu cara, volver a ser niña y olvidar el mundo. Saber que mi mundo son tus zapatitos, tus historias inventadas y tus lágrimas fáciles. Que no hay más voz que tu voz, ni vida que tu vida. Estoy atada a tus latidos, conectada a tu ser, ávida de darte alegrías y consolarte las penas… deseosa de pertenecerte, feliz por quererte más allá de lo que abarca la comprensión humana.
Tu perfección me hace un poco perfecta. Tu humanidad, más humana, tu vitalidad me hace sentir más viva. Tu existencia da sentido a mi existencia.
Gracias eternas por haberme escogido para nacer.