AVES LLUVIA

Sé la sal y la carcajada. Que se note que estás, que si no llegas, te busquen. Que si no te ven, te sueñen y necesiten. Desdibuja tus fronteras. Expande tus ojos hasta donde abarca tu vista. Que no te quede nada por ver y desear.

Sé la risa tonta y el momento que precede al sueño, cuando tu cuerpo cede y todo lo que no es básico ya carece de importancia. Que sepan que te sueltas y te dejas llevar, que te meces en la vida… Que bailas y acompasas tus movimientos al vaivén de tus alegrías. Que dictas tú cada gesto, que te llevan tus ganas… Que obedeces a tus ritmos…

Sé viento y diente de león que se expande y surca el aire y acaba lejos, sin pensar, sin sufrir… Sin casi saber que le espera al otro lado del éter. Confía en lo que ven las esquinas de tus ojos y lo que pueden llegar a abarcar tus manos.

Sé el camino y marca el paso. Sé la lluvia. Crece hasta salir de la casilla que te ha asignado, que no te digan que encojas, ni te recorten las ansias. Colma el vaso, rebosa y pasa los límites que creías tener. No finjas credos, no hagas falsas reverencias, no simules tus afectos. Haz más preguntas, hasta rozar la impertinencia… Hasta romper el esquema y salir del marco. 

Sé el zumbido que saca de quicio. Sé la excepción si es necesario, pero nunca para confirmar un regla sino porque crees que vale la pena desobedecerla. Dí que no y que sí y aprende a distinguir cuando callar y cuando no parar de contar historias. Protagonízalas todas, no por figurar o por ser el centro del mundo, si no por apurar la vida.

Sé la llama. Que el vello de tu cuerpo se erice a cada momento y tu piel note el escalofrío de lo desconocido.

Cambia el camino, muda el vestido.

Salta. Devora. Acaricia. Si te cansas, sigue insistiendo. Si te aburres, para y da la vuelta. No malgastes un minuto con amores que te quedan cortos ni beses sin alma. No pases de largo de nadie, aunque parezca pequeño, no te dejes engañar por la medidas… El tamaño de tus pensamientos puede ser enorme.

Sé grande, gigante. Adquiere la dimensión de lo que sueñas. Sé lo que buscas y busca lo que eres. Sé el equilibrio y aprende a perderlo.

Actúa mientras rezas, si rezas. Busca tus dioses y borra tus demonios. Duda, pero agita tus ideas. Vacila, pero toma las riendas.

Busca y si lo encuentras, agárralo fuerte. 

Sé libre. Y recuerda que ser libre es a veces incluso escoger ser esclavo… Pero decide tú.

Vuela.