people-2603521_640

A veces sigo porque existes, porque estás, aunque no sea cerca. Porque mientras camino vienen a mi cabeza cada uno de tus guiños rupestres y tus ojos salvajes, porque saber que respiras me calma y al mismo tiempo acrecienta mi ansia. A veces, camino porque sueño que mis pasos llevan a tu alma. Camino porque deseo llegar y andar en tu niñez dormida y ahondar en tu orgullo hasta encontrar una rendija, una brizna de piedad, una migaja de esperanza. Porque sé que en ti hay un hueco por llenar y quiero habitarlo. Porque nunca me canso de buscarte.

A veces puedo levantarme porque sé que en algún lugar del mundo, tú te levantas. Porque a pesar de no verte, noto que me alcanzas. Porque mientras me busco a mi misma, te encuentro. Por si no me buscas, por si deberías buscarme y no lo sabes, por si quieres que deje la luz encendida y no me lo pides. Por si no te quedan palabras a las que aferrarte para continuar con tu ruta y puedo dejarte las que a mí hoy me sobran… Llevo unas cuantas. Mi mundo es enorme pero cabe en unas cuantas palabras… Porque sé que en ti hay un cielo oculto bajo nubes grises y altas montañas… Porque casi siempre acierto cuando buceo en tus temores y te pido que des un paso al vacío mientras sujeto tu mano helada. Porque he visto tus fauces y tus garras y sé que asustan pero no hacen daño… Porque nunca me canso de intentar hacerte feliz.

A veces sé que podré porque sé que crees que puedo. Porque noto tu mano en mi espalda, dándome impulso y acariciándome las alas. Porque cuando ando a tu lado, la lluvia no es tan fría y el camino se hace corto… Porque robo al tiempo cada instante que te veo, intentando fijar en mi memoria de niña tu cara. Porque guardo en mi cabeza, como un tesoro, cada una tus miradas hambrientas y sinceras. Porque cuanto más fiero es el lobo que se aloja en tu esencia sé que más me necesitas… Porque cuánto más aúlla ese lobo, más llora el niño que comparte con él tu sustancia… Porque nunca me canso de quererte.

A veces digo que sí, porque no puedo negarte nada, si no me duele. Porque prefiero arriesgar y perder que quedarme sentada y rota. Porque prefiero caer sin red a nunca saltar o convertirme en piedra y dejar que la hiedra me devore las entrañas. Porque no dejo pasar sin probar, porque si puedo atrapo siempre lo que deseo y soy de un material inflamable que necesita cambiar de forma si quiere seguir, si quiere encontrarte en las esquinas… Porque sé que cuando estás a oscuras, brillas y quiero que el mundo veo ese brillo que yo atisbo cuando abro tus ventanas… Porque nunca me canso de intentarlo.

A veces, bailo en silencio porque la música está en mi cabeza. Porque no importa el reducto que habito, ni el muro que me rodea… Soy libre de memoria, de recuerdo, de compromiso con todo lo que me mueve. Porque me mueves y zarandeas. Porque sé que hay un enorme pedazo de ti que suplica que me quede.

Porque a veces si hay que seguir, se sigue. Si hay que saltar, se salta. Si hay lodo al pisar, se mira al frente. Si hay ramas, se apartan. Mientras haya camino, se camina. Y cuando no lo haya, se dibuja, se imagina, se sueña…

A veces, estoy porque estás, aunque disimule y parezca que no escucho y no vibro. Aunque creas que paso de largo y esquivo tus ojos voraces. Aunque me esfuerce en decir que no importa y cierre las puertas de mi conciencia cuando pasas. Siempre llevo el alma puesta para subir a tu sombra y alcanzarte si te escapas. Porque nunca me canso de rondarte…

A veces, a pesar de mis pies pequeños, doy pasos de gigante… Sólo a veces…Porque si es para ti, nunca me cansa.