mami-hija

Cúrame del mundo con tus miradas de plata.

Con tus diminutos besos escondidos y tus risas gigantes.

Cúrame de seguir pensando en espiral y dar más vueltas, de caer ante obstáculos absurdos y naufragar en gotas de agua. Sólo contigo, el mundo toma forma…

Apártame de miedos sin sentido y dragones sin fuego, de tediosos días sin verte y de paredes sin ventanas.

Que todas nuestras casas tengan tejados rojos y paredes blancas. Que un camino verde nos conduzca a una montaña muy alta y cubierta de nieve azul…

Que una escalera de tres peldaños llegue a un cielo de nubes blancas…

Cúrame de reuniones eternas y llamadas sin pausa.

Desde que llegaste a mi vida, cuento pecas y acumulo esperanzas. Cúrame de perder tiempo con personas que me gastan el alma… Cúrame de todos los complejos absurdos y todos los intentos de retirada.

Que mi mundo se rija por el tuyo. Que tu sueño sea mi noche y tu despertar mi día. Que sólo exista esta hora con tu abrazo tibio, tu olor dulce y el balanceo de tus pestañas en mi cara.

Que compartamos ilusiones y lágrimas.

Cúrame de hipotecas y balances. De balanzas y venganzas.

Cúrame de trovadores, de caballeros andantes y lánzame al interior de tu mar de preguntas sin respuesta, de tus cajas de secretos y tesoros que brillan… De tus noches esperando la mañana.

Cúrame de cuentos que no sean tus cuentos. De mentiras que no sean tus aventuras inventadas.

Cúrame del viento frío de saberte lejos y buscarte desesperada.

Cúrame a base de princesas y de piratas.

Que tu voz sea la voz que me conduzca al sueño y tus manos sean las manos que acarician mis escamas… Que mude mi piel por tu piel y en mi cara vea tu cara.

Que sea tu consuelo, tu abrigo, tu mar, tu sol, tu refugio y tu calma. Que uses mi abrazo hasta que vueles alto y sepas volver a curar tus alas.

Cúrame de facturas e ironías, de malos entendidos, envidias y amenazas.

Cúrame del mundo que no es tu mundo. A base de tus palabras ingenuas y tus sonrisas sin pauta.

Que mis días sigan tus latidos y tus rezos. Que tus sueños encuentren lecho entre mis palabras.

Búscame si me pierdo y arrástrame con tus manos pequeñas y tus muecas de gata.

Cúrame de juegos que no son tus juegos y de penas inventadas.

Cúrame de los adultos y de sus miserias.

Cúrame de excusas y miradas cansadas.

Que siempre recuerde la suerte de tenerte… Que no se me olvide nunca que el tiempo pasa.

Para ti, mi vida… Este «casi poema de amor».