fisherman-2739115_640

A veces no te acuerdas, pero tu vida es tuya.

Tú decides. Tú eres quién escoge si va o si viene. Tú eres quién apuesta por pasarse o quedarse corto.

A menudo, nos dejamos llevar por nuestras emociones antes de explorarlas y sentirlas. Antes de saber qué significan y por qué llegan a nosotros en ese momento preciso. Nos preocupamos por cerrar puertas antes de que se abran. Nos agitamos porque nos insultan personas que ni siquiera nos conocen.

No importa que te digan que no sirves o que sobras, porque ellos no deciden quién eres. No saben qué puedes llegar a conseguir ni qué se mueve en tus entrañas… No saben qué te hace feliz.

A menudo, cedemos a chantajes antes de que se nos planteen. Hacemos de centinelas vigilando fortalezas que tal vez nunca nadie asalte. Nuestros miedos nos asedian y derriban. Se nos comen las alegrías y empañan nuestras experiencias. Nos atan, nos enjaulan, nos impiden nadar más allá de la orilla.

No importa que otros te cierren la puerta o se rían en tu cara, porque tú llevas el timón de tus emociones y puedes educarte para gestionarlas y aprender de ellas. ¿Qué valor tienen sus opiniones para ti si su modelo de vida dista tanto del tuyo?

No importa que te aparten, ellos no deciden tus pasos ni vetan tus sueños. No importa que te vean diferente… Eres diferente, por suerte.

A menudo, nos soltamos después de aguantar mucha rabia, abrimos compuertas y sacamos toda zozobra acumulada. Teñimos de negro nuestras miradas, afilamos nuestras lenguas para clavarnos en algunas yugulares… ¿De verdad queremos rebajarnos a su altura? Entramos en su marasmo de gritos, en esa masa amorfa repleta de reproches y movimientos en círculo… Un amasijo de negatividad y falta de empatía. Nos convertimos en caballos desbocados. Nos disfrazamos de tiburones pensando que así podremos nadar entre ellos y conseguir que nos acepten…

No importa que te castiguen con indiferencia, porque no soportan sus existencias vacías y no sepan soportar sus horas más lúgubres. Ellos no te poseen. Ellos no dictan tus normas. No tienen más capacidad para oprimirte que la capacidad que tú les concedes. Nadie manda en tu vida más allá de lo que tú le permites que mande.

¿Qué más da que te cerquen e intenten controlar tus palabras? Tú controlas tus pensamientos y mueves tus labios. Tú seleccionas a qué le da vueltas tu cabeza y en qué focalizas tus energías. No le concedas el privilegio de que ellos  y sus ideas estén entre tus prioridades…

¿Por qué dejar que nos cambien si no es para mejorar?¿Por qué permitir que nos contagien su apatía y su reducida forma de ver la vida?

¿De verdad es tan importante que  los que no tienen retos valoren tus retos? ¿por qué necesitas que pongan límites a tu realidad si su realidad es tan reducida? No perdamos tiempo pensando qué piensan. No perdamos tiempo intentando entender por qué son como son. No les juzguemos ni valoremos…

No importa si ladran, tú escoges lo que escuchas.

No importa si te miran con ojos inquisidores, sus pupilas no te arañan si no les dejas. Que no te digan qué debes soñar aunque se mofen de tus ilusiones.

No importa si no te consideran a su altura, ellos no tienen criterio para medirte y tasarte. Porque tu valor va más allá de un número o una apariencia. Porque no miden lo que nos pasa en la vida de la misma forma que tú… No lloran por lo que tú lloras, no ríen por lo que tú ríes. No son felices con las cosas que a ti te hacen feliz… Siendo así, casi mejor que no te admiren, que no te aprecien, que no te digan lo bueno que eres si su forma de ver la bondad te hastía.

Si sabes lo que vales, ¿qué más da si ellos te infravaloran y menosprecian?

¿Por qué abrir la puerta a sus pensamientos en tu cabeza? ¿por qué dejar que sus valores desplacen a tus valores? ¿por qué dejar que sus críticas entren en tus resortes? ¿Qué más da que piensen que no tienes talento si sus parámetros para valorarlo no son como los tuyos?

No importa que te recorten, sólo tú te recortas cuando dejas que sus palabras te hieran. No te dejes llevar por sus miedos. No lleves las etiquetas que ellos han decidido colgarte… No te abandones a sus prejuicios.

No importa que digan que no, si tú sabes que sí y luchas hasta conseguirlo.

No importa que no te entiendan cuando les digas que no te importa lo que piensan. Tú eres quién escoge la medida de tus sueños. No les des el poder de escoger por ti…