diente-leon-contraluz

No quiero cumbres, quiero caminos.

Quiero versos sin rima y abrazos si pausa.

Perderme sin perder… Definirme sin calcular.

No quiero rezos, quiero besos largos y miradas intensas.

Que no se me olvide que olvido, si quiero… Que no se me hagan viejas las ganas.

No quiero fama, quiero valor.

No quiero lisonjas ni alhajas… Prefiero que se me termine todo apurando hasta la última gota a que se me evapore sin haber probado nada.

Quiero afecto sincero y mano tendida.

Quiero cobijo y manta. Que no se me escarchen las pupilas mirando fantasmas.

No quiero caricias sin alma, ni almas sin cuerpo.

No quiero puertas que se cierran, ni mentes que se atascan…

No quiero razones sin emoción… No quiero emociones atadas a mi espalda rota.

Quiero puentes, no quiero muros. Huyo de las casas sin ventanas…

No quiero retales de vida, ni cariño a pedazos por grandes que sean.

No quiero llanto contenido.

Quiero historias felices sin dueño para tomarlas prestadas…

Quiero tardes perdidas buscando pecas, mientras el sol se filtra por la ventana más pequeña del mundo y nos araña las sábanas…

No quiero imaginar que pasa, quiero que pase y que no pare.

Que se me acabe antes la tarde que la sonrisa, la conversación que la mirada. Que el primero que se canse, se marche. Que el otro le alcance con la vista y con el ansia…

Quiero que termine la cuenta atrás de la desesperanza.

No busco fuego, busco brasa.

No busco candado, busco la llave que me libere la risa…

Busco un poco de sombra en esta tierra anegada de sol.

Un poco de sol para cuando la lluvia me inunde las entrañas…

Que no duela, si no lleva moraleja… Que si duele, sea breve y apacigüe mi alma deshojada.

Busco el sendero que lleva a mis temores absurdos y mis muecas más retorcidas.

No quiero recuerdos impertinentes llamando a las puertas de mi cabeza cansada.

No quiero corderos disfrazados de lobo que finjan que me marcan y poseen. No quiero que me posean, quiero que me sueñen y alcancen con palabras…

No quiero ideas retorcidas, ni bocas abiertas que no digan nada.

No quiero medias verdades, prefiero puras mentiras de esas que se cazan a la legua y estallan.

No quiero palabras sin gestos.

Quiero cuentos que no terminen y palabras imprudentes que pronunciar en voz alta.

Quiero calor. Quiero ronroneo.

Quiero olas que se me lleven las lágrimas… Que la marea insistente nos arrastre, que se nos borre la cara amarga.

No quiero remordimientos.

No quiero roces sin sueños, no quiero sueños sin sal.

No quiero medios amigos, ni medias alegrías.

Quiero mar que lave mis penas y despierte mis agallas.

No quiero nombres, quiero verbos.

No quiero batallas, quiero alianzas.

No quiero riñas, ni súplicas.

No busco atajos, ni fábulas.

No quiero perderme la noche pensando en la mañana.

No quiero perder la mañana por ninguna culpa impuesta o inventada.

Que se me terminen las tonterías y las ideas que borran sueños…

Vivir sin más agenda que el deseo y el respeto.

Superar todas mis estupideces transitorias y mi fecha de caducidad calculada.

Sólo tenerle miedo al miedo…  Sólo tenerle rabia a la rabia…

Quiero volver al principio y cometer los mismos errores, esta vez con más ganas…