Como consumidores somos responsables de lo que compramos y de la publicidad que se hace de los productos que consumimos. Hace unos días se prohibió en Gran Bretaña un anuncio porque la modelo que aparecía en él estaba extremadamente delgada.  Era casi una niña y tenía un aspecto de estar enferma. Los ojos hundidos y la piel pegada a los huesos. ¿Es este el ideal de belleza que nos representa? ¿Estamos seguros de querer pagar este precio como sociedad? como consumidores tenemos más poder del que creemos. Podemos decidir qué comprar y qué no y nuestras conductas afectan a los que fabrican y a los que hacen publicidad.
Si decimos basta, dejarán de vendernos ese modelo de belleza irreal que no es belleza, que no tiene en cuenta lo más importante, la salud y la felicidad. Que trata a la persona como objeto y no difunde valores ni se preocupa por cómo afecta a nuestros hijos.
Somos responsables de nuestro poder a la hora de comprar y consumir. Consumamos belleza real y salud, no enfermedad. No fomentemos hábitos que pueden hacer que nuestros hijos acaben perjudicados.