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Tengo un plan.
Dejar de esconderme de mí misma y topar tantas veces conmigo que al final tenga que amarme.
Bucear en mis temores hasta que dejen de ser cotidianos, hasta que parezcan motas de polvo que marchan cuando abres la ventana y entra el aire fresco.
Subir la escalera que lleva al desván donde el tiempo se detiene y el pasado te escupe en la cara. Reírme tanto de mis monstruos que al final parezcan pegatinas en una vieja carpeta olvidada. 
Caminar por la cuerda floja sin sujetarme a nada y convencerme de que no voy a CAER, que no me importe si caigo.
Bailar sin sentirme ridícula.
Dejar de repetirme las mismas ideas y anclarme en los mismos pensamientos agotados. Dejar de buscar en los armarios algo que ponerme para deslumbrar al mundo. Dejar de necesitar deslumbrar al mundo y demostrar nada. Regalar todas mis medallas a quién crea que necesita medallas y a quién las merezca más que yo… 
Soltar todas mis necesidades juntas y pasar un rato siendo yo sin pretensiones. Sin esperar nada. Sin soñar nada concreto que tenga que atarme a una lista de cosas por hacer que no van conmigo, con mi yo de verdad, ese que tal vez ahora tiene ganas de parar un rato y mirar las nubes.
Por qué quizás ahora no quiera tener éxito. Porque tal vez tener éxito sea quedarse quieto y notar que vives … Sentir cosquillas cuando sale el sol y que la lluvia te erice la piel y te haga sentir nueva.
Observar sin perderme detalle de cada pequeño cambio. Respirar hondo y sentirme entera sin buscar a nadie.
Bajar a la calle y encontrarme a mí misma en una esquina aguardando un destino y darme cuenta de que pierdo el tiempo esperando que el mundo me responda y que todo lo que anhelo ya está en mí.
Decir que sí, incluso aunque no me apetezca, porque siempre digo que no y me pierdo la fiesta.
Decir que no, para darme cuenta de que no pasa nada, de que puedo equivocarme y permitirme fallar tanto que no recuerde qué está bien y que está mal. Que me de cuenta de que no hay bien o mal…
Comprender que otros se equivocan como yo y sentir que en el fondo no importa.
Reírme de todo lo que merezca risa. Llorar para arrancarme de dentro la noche inventada en mis días más oscuros. Vacilar hasta caer, perder el equilibrio para encontrar mi centro, mi sentido, mi latido oculto en una masa cubierta de corazas y escudos.
Morderme la cola para poder finalmente comprender que aquí la única que se hace daño soy yo cuando me privo de la vida.
Escribir en las paredes de mi cárcel frases llenas de esperanza para que cuando lleguen otros a la misma celda sepan que es posible salir porque los barrotes son imaginarios. Porque el encierro que viven es una imagen exacta al bloqueo que viven en su interior. Para que noten que el árbol que ven desde su ventana es un árbol dibujado en su mente y que no pasa nada porque no hay camino recto que lleve a ti.
Tengo un plan.
Dejar de comprar lo que brilla para sentirme brillante. Dejar de vender lo que hago para compartir lo que soy… Dejar de creer que necesito hacer algo para merecer. Dejar de competir conmigo y pedirme cada día más y más… 
Soltar, soltar sin parar. No retener nada más por si se acumula, porque si luego falta, siempre llega… Porque se queda dentro y te horada el alma…
Y no volver a pensar que debo, que tengo que, que necesito nada… Voy a pensar que que SOY, que EXISTO y SIENTO y voy a dar GRACIAS.
Ver que llueve. Notar qué pasa. Sentir que vuelve. Dejar de sujetarme y permitir que venga, que pase, que llegue… Dejarle hueco a la sorpresa. Dejarle tanto espacio libre a lo que vendrá sin saber que es que el futuro deje de preocuparme y sólo exista el PRESENTE.  Un presente eterno que no vive atado a una expectativa, a un sueño por realizar sino a las GANAS de SER.
Vivir confiando que todo es como debe, como toca, como es necesario que sea.
Comprender que todo tiene sentido, aunque no lo entienda ahora, aunque no lo vea…
Tener la certeza absoluta de que la incertidumbre me acompañará siempre.
Saber que sea cual sea la pregunta, la respuesta es amarse.
Tengo un plan… 
Dejar los planes. Dedicarme a existir a consciencia. Hacer lo que amo y amar lo que hago. Ser sin esperar… Sin desesperar, sin medir, sin necesitar. Conectar conmigo… Conectar con el mundo sin aferrarme a él ni a nada. Para poder dejar de buscar a ratos para dedicarme a encontrar. Para ser capaz de comprender los mensajes que recibo y usar la intuición que me niego… Ir a la deriva y confiar en el mar… Ser el barco, el náufrago y el destino. Dejar de preocuparme por lo que vendrá, por lo que sueño que pase, por lo que pasará y creer que lo mejor está por llegar. Que no me quepa duda de que lo que viene ahora es MAGIA. 
Tengo un plan. Vivir…