Un año en Twitter
Llevo poco más de un año en twitter. Miles de horas pensando la vida en 140 caracteres. Casi 24.000 tweets. Seguramente más en poco tiempo porque soy una tuitera compulsiva, de no parar… estoy enganchada… no consigo concebir el mundo sin twitter. Cuando llevo rato sin echarle un ojo, veo las caras de mi TL entremezcladas, pidiendo carnaza, exigiendo palabras… y pienso que alguien se me adelanta, que alguien tuitea antes que yo algo nuevo, algo curioso… que pierdo el tren de twitter. Yo que creo tanto en el poder de las palabras…
Voy por la calle pegada al móvil, sorteando farolas y ancianas, asida a la tecla, pensando hashtag, buscando respuesta… intentando recordar un nick…cuando no lo miro, lo sueño y lo imagino…He intentado moderarlo; dejarlo jamás, lo confieso, mas no puedo, porque twitter es magia, es vitamina, es diálogo…es debate en estado puro y opinión. Twitter es la toma de la Bastilla para los desheredados, la guillotina para los ultracríticos y el bálsamo para los complacidos.
Twitter me acerca a personas lejanas en lo geográfico y cercanas en lo ideológico, lo humano, lo visceral… Me abre la mente, me permite darme cuenta de lo equivocada que estoy a veces y lo mucho que necesito oír (leer) otras voces… aunque me contradigan, porque me sacuden y me renuevan.
He conocido a todo tipo de personas: amables, respondones, irónicos, melancólicos, activistas, divertidos, sensibles, desalmados, de derechas, de izquierdas, de ningún espectro político… cansados, agobiados, tristes, empanados… desesperados por la crisis, brillantes, opacos… con ganas de sentar cátedra, sin pretensiones… con identidades falsas… con ganas de ligar… todos, absolutamente todos han dejado una huella.
Todos han convertido este año en un amasijo de emociones que me acerca a este mundo, que es un reflejo del mundo real… donde aún se conservan las formas y la gente se saluda, se da las gracias y se trata con respeto.
Es ficticio y virtual, a veces de pose, de labia, de fachada … inmaterial, etéreo, falto de contacto humano… lo sé… pero es la faz de una sociedad capaz de decirle a un casi desconocido “gracias” y pasar por delante del vecino o compañero sin inmutarse.
Me gusta twitter y lo que encuentro en esta red social. Me gusta a quién sigo y quién me sigue. Me gusta el esfuerzo titánico de comprimir la vida en 140 caracteres… sin olvidar que ahí fuera, hay otro mundo con más caras, con brisa fresca y decisiones por tomar… y que si me atormenta o me disgusta tengo un espacio dónde exponer mi crítica.
Twitter tendría a veces que ser más como el resto del mundo y el resto del mundo un poco más como twitter.
Gracias a todos los que cada día comparten conmigo este espacio reducido y apasionante.
Y gracias a @juancvivo por inspirar este post.