Cien años y un día

Cien años y un día

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A veces, pienso tanto que no existo…
Busco tanto, que no encuentro…
Me angustio tanto, que desaparezco. Me fundo con el salvapantallas de mi vida, me cuelo en una nube gris de miedos y rutinas.  Me dejo cubrir por la telaraña oscura de mis pensamientos más tristes… Me oculto tras la cortina de mi vida… El lugar donde permanecí escondida mientras ensayaba para vivir y perdía momentos… Me disuelvo en un desagüe de risas perdidas que esperaban turno para salir a escena y quedaron atrapadas en mi garganta… Me fundo con el abrazo cálido de la desesperanza. Con las ganas de ceder y tocar lo obvio, lo necesario, lo conocido.
Siempre esperando que empiece una función que nunca empieza.
Siempre rogando un milagro que no llega…
A veces, camino tanto que nunca llego.
Porque ando en círculo. Porque no salgo de mis límites ni surco más que mis entrañas dolidas y rotas. Porque vuelvo una y otra vez sobre mis pasos dudosos… Porque piso mi sombra y me mezclo con el manto oscuro de esta noche tan líquida, tan hermosa, tan extraña.
Y yo sigo dando vueltas tan rabiosa, tan arisca, tan enfadada… Y me pierdo las estrellas que brillan como si reventaran porque llevo puesta una capa roja y miro al suelo.
A veces, sólo ven mis labios rojos las paredes desnudas de mi alma cuando buscan besos… Las esquinas de mi cuarto pequeño de sueños por cumplir y las puertas de mi armario repleto de vestidos incómodos por estrenar, como mi vida…
A veces, parece que vuelve pero en realidad no he salido de mí… No he hecho más que circundar mis miedos y bordear mis heridas para ver que siguen abiertas.
Creo que vivo, pero sólo pienso que vivo.
Siento que vivo, pero siento poco, porque apenas habito fuera de mis angustias.
Me gusta mecerme en mis imperfecciones y bucear en mis errores favoritos…
Estoy aprendiendo a quererme así… A veces rota y otras cosida. Aturdida por no ser y cansada de habitar este cansancio dulce que es el sueño de los que no saben que duermen y por ello nunca despiertan.
Con ganas de vivir y salir de mí para explorar el mundo a partir de mis ojos hambrientos. Con la furia de una bestia que estuvo encerrada  y la paz de quién confía en que los sueños se cumplen…
Con la esperanza de dejar la jaula que yo misma construí para protegerme de mí misma y ver el mundo sin tocarlo y sin bajar del tren ni mojarme con la lluvia…
Me he perdido media función por la necesidad de amortizar miedos y no gastar zapatos. Por si llegaba el diluvio o todos se giraban para reírse de mi nuevo peinado…

lluvia-suelo

Y ahora, tengo prisa por caminar descalza y arañarme los pies con la vida.  Por pisar la hierba mojada y caer rendida ante la lluvia más intensa.
Tengo ganas de besos y de versos. De tropiezos y nubes negras… De trapecios gigantes desde los que caer e historias hermosas en las que perder las llaves para no poder regresar nunca a mi vida diminuta y aburrida.
He pagado mi descortesía para con la vida no viviéndola… He cumplido condena morando con mis demonios en un inframundo de aburrimiento pequeño y asequible…
Cien años y un día esperando… Casi me vuelvo loca y me salen escamas. En mis ojos salvajes hay un poco de todas las noches soñadas buscando risas y alegrías accesibles.
A veces, tengo tantas ganas de salir de mí misma que la impaciencia me cierra todas las puertas…Y sólo la lluvia me calma.

La vida que vives es tu versión de lo que es la vida

La vida que vives es tu versión de lo que es la vida

 
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No lo dudes…
Si ves belleza en los demás es porque tú la llevas dentro…
Si eres capaz de encontrar talento en lo que te rodea, es que tú tienes el talento para olerlo, para notarlo, para vivirlo. Es que no temes que otros brillen y esperas aprender algo de todas las personas que pasan a tu lado.
Nadie ve en otros aquello que no tiene. Si conoces personas cada vez más extraordinarias es que tú eres cada vez una persona más extraordinaria. Si te haces preguntas, aunque sean muy complicadas, es porque eres capaz de encontrar las respuestas. Si tienes un sueño, por grande que sea, es porque lo mereces.
Cuando te imaginas viviendo otra realidad, estás dibujándola. Si encuentras el camino es porque el camino es para ti.
Si llegas a un lugar desconocido es que, en el fondo, ese lugar te pertenece. Si encuentras algo es que lo buscabas aunque no lo sabías… Lo necesitabas, aunque no te habías dado cuenta.
Todo pasa por y para algo y nada es ajeno a tu búsqueda. Si alguien tiene la respuesta a una de tus preguntas es porque todos andamos por ahí con pedazos de una mapa por recomponer y, a veces, las piezas deben intercambiarse.
Si te pierdes es porque en ese lugar hay algo que tenías que conocer. Si amas es que ese amor tiene algo que enseñarte. Todos los amores de tu vida te enseñan a amarte a ti mismo, aunque a veces, parezca que lo hacen al revés. Todo lleva un mensaje, aunque a menudo, cuando lo recibimos parece encriptado.
Si te enfadas con alguien es porque ves en él lo que no puedes soportar que también esté en ti. Lo que detestas en otros nace de tu propia incomodidad contigo mismo. Todos somos responsables de cómo decidimos que nos afecte lo que nos pasa. No podemos cambiar los hechos, pero si las percepciones. Podemos decidir y reinar en nuestra conciencia…
Si tienes miedo a seguir caminando es porque sabes que tienes una cuenta pendiente en la próxima esquina.  Algo que cerrar, algo que aprender, algo que afrontar. Un regalo para el camino, para crecer, para mejorar… Un soplo de aire fresco dentro de una burbuja de aire viciado.
Si no lo ves, es porque no lo miras desde la distancia adecuada, desde la perspectiva adecuada, con los ojos de ver lo que a simple vista no se ve. Las cosas son como elegimos verlas. Nuestros ojos las transforman, las reordenan, las acarician.
Si dudas, es porque necesitas reafirmarte, porque necesitas conocerte, porque necesitas bucearte…Todo lo necesario para crecer está en ti, si te apoyas en algo que está fuera, te engañas, te haces trampa, te escaqueas de tu responsabilidad… No tienes que esperar a nada ni a nadie, te toca mover ficha a ti, ahora.
Todo lo que te envuelve es tu versión del mundo, tu percepción de la vida…La casa que habitas es la casa que te habita por dentro…Las personas que te rodean, son a su vez, la versión que tú ves de ellas. La vida que vives es tu versión de lo que es la vida.
Lo que ves en ti es lo que crees que eres. Si quieres ser distinto, mírate de otro modo.
Si quieres cambiar de vida, cambia tu mirada, cambia tus ojos, cambia tú.
Cambia tu mapa y borra tus fronteras. Cambia tus palabras,  cambia tus pensamientos…
La persona que eres hoy es la que soñaste que eras ayer, estás a tiempo para dibujar la que serás mañana… La que eres en este preciso momento, al terminar esta línea.
 
 

Pequeño catálogo de ausencias

Pequeño catálogo de ausencias

NOCHE

Le lloran en el hombro los fantasmas olvidados. Los libros viejos que nunca relee por si le recuerdan lo que no hace y desea con todas sus fuerzas…

La queman por dentro las culpas y las cargas…

La devora la impaciencia de todas la ilusiones almacenadas en el pecho.

Le susurran al oído los ausentes… La invaden los presentes que no saben notar su tacto suave y su ademán recio.

Le sangran los sueños no perseguidos…

Le sangran los miedos acumulados.

Le sangra la noche sin risas que no vistió de fiesta y el violín de voz rota que llora porque ya no lo toca.

Le llueven las noches sin noche.

Le llueven las rosas sin perfume esperando tras la puerta cerrada.

Le rompen el corazón ya desgajado los caminos que no pisa. La brisa que no cruza su cara de niña perdida… Los besos que sólo ensaya y nunca llegan a destino.

La parte en dos el roce sin roce,  esa caricia que no llega. Le astilla el alma rota la calma que no cesa, que no para, que no estalla y no se convierte en música, en palabras, en ruido insoportable para poder desconectar.

Le corroen las entrañas las palabras que no dice.

Le saquean la conciencia aquellas cosas que no supo ver y dejó pasar.

La vacían las tardes sin dueño, las madrugadas sin sábana del piel y de beso… Los cuentos sin moraleja.

La buscan los recuerdos sin piedad, los quejidos sin pausa… Los lamentos perdidos que un día lanzó al aire esperando que el viento se los llevara y ahora vuelven a su cara para reventar.

Todo le vuelve. Todo le repasa la lección y le invade los sentidos aturdidos de tanto notar…

Todo rebota. Todo salpica… Le salpican los olvidos y los lamentos. Le salpican las culpas y las sombras…

Todo gira… Siempre vuelve a pasar de largo. Siempre vuelve a sentir que debería detenerse…

Siempre hay algo o alguien que llama a la puerta si la conciencia no está quieta y la noche se lleva dentro…

 

El porqué de las cosas que no tienen porqué

El porqué de las cosas que no tienen porqué

BAILAR
Tiene miedo, pero hará lo que haga falta para no esconderse nunca más y dedicarse a vivir…
Se subirá al tren. No importa dónde pare porque lo que quiere es sentir y sabe que vaya a dónde vaya encontrará lo que busca.
Porque la vida siempre te pone delante lo que necesitas aprender.
Porque sabe que lleva dentro las preguntas y las respuestas.
Porque lo único que le hace falta para vivir es notar que vive.
Soltar el lastre que lleva incrustado en su cuerpo menudo .
Y lo soltará, aunque tenga que hacer jirones su piel muda de besos.
Aunque tenga que arrancarse el miedo que le habla al oído y le duerme en las sienes.
Aunque no haya nadie en el mundo que la entienda y la miren como si estuviera loca.
Aunque a veces, al caminar, tenga la sensación de que nadie va a dónde ella va y se sienta muy sola, muy cansada, muy equivocada.
Aunque las únicas miradas que atraiga sean las miradas fijas de los loros del parque se controlan a las palomas.
A menudo, piensa que nunca sabrá lo es el sosiego, la calma, la paz de no luchar con ella misma por salir de un caparazón grueso.
A menudo, se desespera porque ve que ahí a fuera llueve y tiene muchas ganas de mojarse.
Y cuando se lo cuenta al mundo, cuando les explica que cada día se araña las rodillas y se magulla las manos intentando salir de la coraza, la miran con recelo… Porque ellos se pasan la vida intentando volver a dentro para que la verdad no les encuentre. Para no tener que ver lo minúsculas que son sus vidas podadas por el miedo.
Tal vez, quién sabe…
Sólo los locos podrán entenderla.
Sólo los locos podrán amarla.
Bendito ese amor que no nace de pesar ni medir, ni de razonar ni contar.
Bendito ese amor que no se puede explicar…
Ese amor donde las palabras se quedan cortas, las caricias se quedan cortas, las tardes se quedan cortas…
Ese amor que es capaz de los silencios más dulces y las envestidas más amargas.
Ese amor que borra lágrimas y abre ventanas.
Que vuelve a dibujarte las formas y te desabrocha el alma para que salga de su escondite más oscuro. Que te obliga a salir del mapa…
El amor que todo lo cura menos su adiós.
Aunque, a pesar del adiós, valga la pena, siempre…Porque es un amor real y no una copia barata. Y, pesar de todo, seguir viviendo, aún más, con más ganas, con más pasión, sin tanta medida y con más empeño.
Para descubrir que nada puede lastimar su piel si no se deja.
Para encontrar un amor verdadero en ella misma.
Para poder darse cuenta de que no importa que el mundo no sepa verlo si tú lo notas.
A veces, el mundo está esperando a que alguien como tú se atreva. Que se lance y le cuente una nueva versión de la historia… Que se lo cuestione todo tanto que lo conocido pierda forma y tengamos que fabricar una nueva entre todos… Para que tengamos que aprender a vivir sin estar pegados a nada que nos recorte… Para que las personas puedan buscar las respuestas que necesitan en su interior, sin esperar encontrar la razón de sus vidas en los anuncios de perfume y se pierdan la vida pensando que no llegan al listón que otros han inventado.
El mundo necesita a alguien que elabore una nueva teoría mediante la cual se explique el porqué de las cosas que no tienen porqué… Aunque muy dentro de nosotros ya sepamos la respuesta.
 

Confía en ti

Confía en ti

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No te compares con otras, ellas no visten lágrimas con tanta elegancia como tú.
No caminan en la cuerda floja por la que tu pasas cada día de puntillas sin apenas dejar de sonreír. Sin hacer más ruido que el del aire que te atraviesa y el de los sueños que acumulas y te surcan las venas…
Ellas no llevan el peso de cien vidas en sus espaldas ni buscan soluciones para llevar al mundo en el bolsillo y tenerlo a mano por si llora, por si se desborda… Por si se siente tan perdido que necesita que alguien le recuerde que hay esperanza. Tú eres esa esperanza, amiga…
Tan fuerte como las raíces inmensas de los árboles y la suave como sus hojas. Tan rotunda como una ola enorme, tan plácida como una marea dulce que besa la arena.
No te compares con otras que no libran batallas ni miran a los ojos a sus fantasmas… Ellas no se calzan el miedo para caminar sobre él cada día ni recorren las calles con tus ojos oscuros hambrientos de vida.
No tienen tus facciones preciosas ni usan tus miradas sabias.
No buscan nada que no se toque ni deguste, no saben ver la belleza en los rincones como haces tú.
No saben encontrar las palabras para levantar un imperio cuando se cae a media tarde y conseguir que anochezca en él sin que nadie se entere de que estuvo a punto de fundirse.
No te mires en los ojos de otras mujeres que no ríen como tú ríes con tus penas y que no susurran y cabalgan sobre bestias hasta dejarlas exhaustas y mansas.
No te pierdas intentando buscar sus espejos para verte en sus esquinas porque tu cara está en el reverso de las hojas y en el corazón de los que te aman y suspiran por abarcar tu grandeza.
No escuches a los que no saben qué sueñas ni pierdas tus sueños por más que el tiempo pase y no llamen a la puerta.
No te compares a diosas de plástico con sueños sin alma y almas sin sueños…
No desesperes… Estás hecha de selva y de brisa. Suave y salvaje. Del material que imanta las brújulas para no perder el norte… De la madera de un barco que surca mares adversos con una paz inmensa… De un pedazo de luna que brilla siempre, incluso por la otra cara…
Eres de cielo que se apaga buscando la noche pero regala un rastro malva y rojo.
Eres de agua clara y de canto redondo en un río que fluye y nunca para.
Eres de una lluvia espesa y de un sol caprichoso que busca filtrarse por las esquinas.
No mires atrás porque allí no queda nada…
No te dejes ahogar por el futuro porque es tan tuyo que podrías columpiarte en él mientras lloras de alegría.
No te entretengas con personajes secundarios, no te dejes llevar por palabras vacías… Tú eres quién lleva las riendas y escoge los caminos.
Que nadie que no te merezca te invada por un segundo… Que nadie que no te admire por tu sencillez excelsa se entretenga en tu puerta barrando el paso a los que sí saben verte como eres…
El camino siempre tendrá curvas… Siempre habrá noche y habrá día.
Siempre habrá aristas afiladas por donde pases y caras agrias que no sepan entender que la vida es corta.
No te preocupes por los que naufragan en gotas de agua ni te metas en sus cabezas diminutas…No escuches sus tragedias de diseño ni te arañes por no llegar a comprender lo que sienten…
Eres demasiado extraordinaria para encerrarte en ti misma, el mundo necesita que sigas adelante y le lleves la contraria a todo lo que no es justo o hermoso.
Sé que el cansancio, a veces, te habita las sienes y te borra la capa de entusiasmo que siempre llevas puesta. Sé que a veces, cuando el día acaba  y estás rendida de domesticar fieras, suplicas ser distinta y no tener que rendir cuentas a tu conciencia siempre firme y honesta… Aunque también sé que de inmediato das las gracias por ser tú y todo lo que eso implica.
Confía en tus pies, amiga, saben el camino.
Llevas las respuestas pegadas a la falda y los sueños impregnados en ti.
Que nadie te ate a nada… Que nada te ate a nadie … Y menos en tus momentos bajos, cuando olvidas que eres hermosa y venderías tu serenidad por un abrazo tibio…
Eres tan grande, tan inmensa… Que no se ve dónde empiezas ni dónde acabas.
Eres tan maravillosa… ¡Lástima que no puedas verte así!
Ni siquiera tú misma eres capaz de hacerte sombra…
Confía en ti, amiga, eres extraordinaria.