Si le tuviera que contar a mi hija qué es la crisis, le explicaría que es un día eterno sin pan, ni música, sin juego, sin sorpresas. Como un enorme dolor de tripa sin moraleja ni sentido, porque las chuches se las zamparon otros. Una de esas noches en vela largas y pesadas que hemos compartido juntas, con fiebre y delirios absurdos, esperando que llegue el amanecer y el termómetro de tregua. Un parque sin columpios donde siempre llueve y nunca hay otros niños con quien jugar.
Le diría que es un cuento donde las princesas ñoñas y empalagosas no son cándidas, ni hermosas, ni esperan dormidas un beso. Son señoras con tacón alto que huyen de los fotógrafos, que ponen cara de pocos amigos y toman el sol en las cubiertas de los yates. Y los príncipes no son valientes, ni gallardos porque tampoco nadie se lo pide nunca, por si se agobian. Son señores con cara triste y verbo poco ágil.
Le diría que esta crisis es una escuela vacía, una vacuna, un día de verano sin playa, sin sol. Le contaría que hay personas que tienen que hacer cola para que alguien les de algo para comer y les deje un lugar donde dormir.
Le diría que en esta crisis, hay quien hace trampas cuando juega pero no pasa nada porque cuando se dan cuenta nunca le castigan al rincón de pensar. Las normas no son iguales para todos.
Si tuviera que explicarle a mi hija qué es la crisis, le diría que hay un montón de personas, que se llaman políticos, que están buscando la manera de solucionarla y que nunca se ponen de acuerdo. Y que a menudo parece que no les importa, porque para ellos la crisis no es tan dura como para el resto, porque tienen un cargo y un buen sueldo.
Le explicaría que la crisis se llevaría por delante a todas las crueles madrastras, a los monstruos y a los malvados de los cuentos. Y a los buenos también, de hecho, a los buenos, se los llevaría primero. Le hablaría de cansancio, de agotamiento… no le contaría lo de los mercados ni lo de la prima, claro, porque los niños aplican la lógica a rajatabla y nunca lo entendería… porque no tiene sentido. Le diría, eso sí, que es como descubrir que a partir de hoy Tom siempre ganará a Jerry en sus peleas y que Plankton descubrirá la fórmula secreta de la Cangreburger sin que Bob Esponja pueda evitarlo.
Le explicaría que esta crisis empezaba a despuntar cuando ella vino al mundo. Que es uno de los momentos más complicados que hemos vivido y que tengo suerte de ver su cara cada mañana para contrarrestar tanto asco y angustia. Que ha cambiado muchas de las cosas que yo conocía y tenía por sagradas e inamovibles, que ha derribado torres y ha puesto, eso sí, algunas cosas en su sitio.
Y también le diría que no se asustara, que lo superaremos, que en la vida real, pase lo que pase, hay que continuar en pie. Y que los verdaderos héroes, si existen, tienen tanto miedo como nosotros.
Mercè…una vegada mes «lo clavas»… La meva filla d 5 anys ja ens fa moltes preguntes «incòmodes» i d no fàcil resposta. Però intento no amagar i tb no espantar-la. Ara mateix al meu costat juga amb cromos i jo la miro i tb penso q «resistirem»… La seva inocència i tota ella s’ho val 🙂 Tot i q no serà fàcil.
Gràcies i ànims. I 2 ptons.
Teresa
Nudos en la boca del estómago cada vez que mi hijo (7 años) hace una de esas preguntas qué comenta Teresa. Y son muchas.
Explicarle por qué su madre no va ahora a la oficina. Si la oficina está en el mismo sitio. Si dentro trabajan otras personas, eso sí, bastantes más jóvenes. (Y suponemos que con contratos bastante más ventajosos para la propietaria).
O explicarle, que todos los sábados ya no podemos comprar su revista favorita. O que no podemos ir un par de veces al mes a la librería y comprar libros nuevos.
O explicarle porqué papá tampoco va ya a la fábrica.
O que nos estamos jugando los ahorros en un proyecto que esperamos nos permita capear el temporal y quién sabe si más adelante crear puestos de trabajo.
Pero hay que explicarles. E insuflarles espíritu de lucha, de sacrificio también. Y de optimismo.
Y qué no hay nada de malo en las tiendas de segunda mano. y que el bookcrossing es maravilloso.
Hay que explicarles, aprovechando la coyuntura, que los cuentos, cuentos son. Y que la magia, que si existe, está en las personas que nos rodean y nos dan la mano para ayudarnos a levantar cuando caemos.
Y qué los malos, que también existen, también nos rodean. No son Ogros, ni Brujas, ni seres demoníacos. Son estafadores, embusteros, egoístas, mentirosos… y de esos sí tenemos que prevenirnos. ¿Cómo? Muy fácil. Les cambian el rostro, se ponen verdes, si te ven sonrerir.
Gracia Mercè.
Estimada Merce,
Buenas tardes. Soy Natalia, Responsable de Comunicación de Paperblog. Quisiera disculparme por dejarte un comentario en el blog, pero no he encontrado otra manera de contactarte. Tras haberlo descubierto, me pongo en contacto contigo para invitarte a conocer el proyecto Paperblog, http://es.paperblog.com, un nuevo servicio de periodismo ciudadano. Paperblog es una plataforma digital que, a modo de revista de blogs, da a conocer los mejores artículos de los blogs inscritos.
Si el concepto te interesa sólo tienes que proponer tu blog para participar. Los artículos estarían acompañados de tu nombre/seudónimo y ficha de perfil, además de varios vínculos hacia el blog original, al principio y al final de cada uno. Los más interesantes podrán ser seleccionados por el equipo para aparecer en Portada y tú podrás ser seleccionada como Autora del día.
Espero que te motive el proyecto que iniciamos con tanta ilusión en enero de 2010. Échale un ojo y no dudes en escribirme para conocer más detalles.
Recibe un cordial y afectuoso saludo,
Natalia
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