Cambiar es difícil. Para hacerlo es necesario superar el miedo y cerrar los ojos antes de lanzarse sin red al vacío. Aunque no es algo que hagan solo los valientes, lo hacen también los hartos. Los que tras levantarse mañana tras mañana, se sienten embudos… ven que nada les llena. La cara se les queda mate y la boca les hace mueca. Tal vez tienen una vida de manual pero cuando caminan por la calle sueñan, visualizan otro recorrido y notan en su pecho una chispa de felicidad, aplacada inmediatamente por un choque frontal contra la cotidiano. Una punzada fugaz, diminuta, pero suficiente para recordarles que existe un mundo distinto. Hace falta estar muy cansado de estar cansado para dar un vuelco a la vida y dejarse llevar. Hace falta ser valiente para soltarse de la cuerda que te ata a la rutina cómoda y gris, una especie de cordón umbilical asido a la mediocridad y el miedo. A veces no damos el salto porque nos gusta más el puro ejercicio de soñar que lo soñado, nos gusta el riesgo calculado, el peligro mínimo para que luego todo vuelva a su cauce… pero los límites cada vez se alejan… y nuestras ansias cada vez son más omnívoras. A veces la ansiedad de soñar sin tocar su sueño se hace insoportable…
Pasar por el camino de siempre es fácil, no mutar es la opción más llevadera. No supone sobresalto, no conlleva riesgo ni sonrojo. Para cambiar es necesario un esfuerzo titánico, un continuo devenir de emociones y pequeños pánicos… levantarse del sofá y abrir la puerta a la vida. Y lo que hay tras la puerta asusta… aunque revitaliza, rejuvenece… ilusiona. Sólo cabe decidir si esa ilusión inmensa compensa el riesgo de salir del nuestro mundo habitual, cómodo y clorofórmico, para dar el paso.
No todos los que soñamos con cambiar lo hacemos. Algunos se conforman con el sueño, se excitan con él y luego vuelven a su vida calculada. Algunos cruzan la línea para dejar de ser gusanos y convertirse en mariposas. El proceso es duro. Es una gestación larga, que requiere esfuerzo, intensidad… arrojo. El gusano mutante a menudo se mira en el espejo y se pregunta despavorido cómo ha sido capaz de estar en el proceso, siendo gusano… cómo osa pensar que podrá ser mariposa. Siente que quizás un enorme castigo caerá sobre sus espaldas por la soberbia de aspirar a brillar, lucirse… soltarse en el cielo y mostrar las alas. Y si no lo consigue, cómo va a contar a los demás gusanos que jamás sueñan que el intento salió mal. Le llamaran gusano loco, le mirarán con recelo… y peor aún… se mirará a si mismo con amargura.
Sin embargo, el gusano mira en el fondo de sus ojos y ve una chispa, un fogonazo brillante que le recuerda que por encima de todo, aunque al final no pueda… quiere… y que esa pasión es tan intensa que no puede resistir dejarse llevar. No puede cerrar la puerta y pasar el resto de su vida pensando que no será mariposa con cara de gusano asqueado y triste. Sentado en un rincón, pensando que se consume sin haber nacido.
Vuelve a la tarea y continua mutando. Al cabo de unos días entre el amasijo de capas que cubre su cuerpo, se dibujan unas alas. Son extremadamente finas, aún sin color, sin fuerza… pero le confirman que, ahora ya lo sabe, dentro de sí hay una mariposa.
Entonces se da cuenta de que lo que sería realmente una locura es no haberlo intentado. Sin importar que nunca le salieran las alas…
Dedicado a Gabriel Aúz @Gabriel_Auz , un hombre que sueña, abre puertas y salta sin red, que con su último post ha inspirado el mío. http://paseandoencompania.blogspot.com.es/2012/09/el-miedo-al-cambio.html
Has expresado negro sobre blanco muchos de los sentimientos y pensamientos que pasan por mi corazón y cabeza…
Sé que debo atreverme a tirarme del trapecio sin excusarme o autoengañarme si hay o no red que me sujete en una hipotética caída…
La rutina es tan cómoda….. pero a la vez tan cobarde…
Enhorabuena!
Y cuando estaba pensando, según leía tu post, que debía recomendarte el de Gabriel, me encuentro con que iba dedicado a él. Me alegro que lo hayas hecho. El ha sido honesto con el cambio y eso hará que consiga lo que se proponga. ¡Enhorabuena!
Gabriel es el maestro. Siempre 😉
Al final te tirarás, porque lo llevas tatuado en el alma. Puedes, pero sobre todo, quieres. Gracias
Muchísimas gracias, Mercè. No resulta fácil dar ciertos pasos, pero si nunca nos atreviéramos a avanzar, nos habríamos quedado tirados en el camino hace mucho tiempo. Conviene de vez en cuando atreverse a reinventarse. Me parece un ejercicio saludable.
Tu post es sumamente cariñoso y no tengo palabras para agradecértelo. Te animo a que des los pasos que sientas que tengas que dar, que te atrevas a continuar avanzando, a lucirte sin miedo, porque realmente tienes mucho que ofrecer. Te diría que no fueras tan egoísta como para permitir que tus miedos nos priven de lo mejor de ti.
Un fuerte abrazo 🙂
Enhorabuena a los dos, Mercè. Dos buenas personas que escriben desde el corazón y guiados con excelente pluma.
Besos,
Izaskun
Gracias. El trapecio agota, el equilibrio falla, en algún momento hay que saltar. Aunque el miedo sea atroz. Cuento contigo 😉
Soy de los que le gustan ver el lado positivo de cada situación y el actual momento de la economía debería ser aprovechado por muchos para tirar hacia adelante con ese sueño que lo encamine hacia la felicidad.
Siempre que tengo la oportunidad me gusta mirar a los ojos de ese que me escucha y desde el corazón le digo «sal de tu zona de confort incómodo». Lo llamo así porque esa rutina sea muy dura y pocos quisieran ese trabajo, el que la acepta como parte de su vida nunca aspirará a ser gusano, pues la ve cono parte de su destino y hasta se acostumbra a esa incomodidad en la que se siente seguro.
Cierto es también que al estar tan mala «la cosa» muchos se asustan aún más y aunque le digan cientos de veces que el gusano en el fondo es bello, prefieren mirar hacia otro lado, lado que aún siendo duro es por ahora «estable», pero en el que los sueños seguirán siendo eso, sólo sueños.
Waw! Yo sentí ese miedo del que hablan pero a pesar de todo me atreví a luchar por un sueño. Muchas veces he sentido que no puedo más… y quiero rendirme, pero esa chispa de la que hablas está ahí, VIVA, esperando para montarse de nuevo a mis espaldas y animarme a echar la carrera. BRAVOOOOO por ese POst. Felicidades a ambos. Desde Rep. DOm. Judith Leclerc.