Se pondrá un vestido nuevo. Ese que espera ocasión eternamente colgado en el armario y sabe que no llegará el momento. Se contemplará largamente en el espejo para dibujarse un rostro y buscará esa piel perdida de terciopelo que dejó olvidada hace tiempo, cuando decidió que ella ya no se importaba tanto. Cuando se sustituyó por una autómata.
Cuando salga al mundo, se dará cuenta de cada minúsculo detalle que abarque su vista. Todo lo que se cuele por las esquinas de sus ojos será escrutado y vivido, sometido a prueba para saber si cabe, si brilla, si es bello, si produce dolor o placer o todo a la vez. Y si no nota nada, lo arrancará de su mirada para que no ocupe espacio en su mente, siempre sobreocupada, siempre sometida a ritmo vertiginoso… siempre pendiente de pequeñas pugnas y guiños ajenos. Quiere sentir.
Se le quedarán prendidos a la nariz los olores y en los hombros decidirá si lleva el peso de todas las caras de angustia que crucen su camino… tal vez algunas sí, otras no… todas jamás, nunca más, eso seguro. Ella decide.
Caminará cuanto desee y se cansará cuando quiera. Cuando lo haya visto todo y las ganas le pidan descanso por un rato, cuando sus ojos lo hayan devorado todo y el pecho le estalle de emoción. Y se sentará a mirar, a sentir como el viento le pone la piel de gallina en esta tarde de primavera en la que ella lleva ese vestido que jamás hubiera estrenado de no ser porque ahora escoge lo que quiere y decide lo que hace. Desde que siente que no tiene dueño, que otros no dirigen su vida… pasa frío, pasa miedo, pasa hambre. No duerme ni consigue frenar sus pensamientos. Se estremece al pensar que en las próximas horas, algunas de sus equivocaciones le puedan pasar revista… y tendrá que toparse con ellas de frente, sin vacilar, y sin poder tirar de las cadenas que la sujetaban al amo y pedir ayuda. Una sensación de deslizarse cuesta abajo en patinete le cruza el cuerpo, como un sable afilado que podría partirla en dos y siquiera inmutarse… hasta caer. Sin poder parar, sin evitar el golpe.
Hace frío en el mundo sin red, sin sujetarse a la cuerda. El vértigo es gigante, una noria enorme que no para nunca. La cabeza le da vueltas y oye mil voces. Aquí a fuera es todo intenso, excesivo… hay que saber escoger y encontrar ese punto entre dejarse llevar pero no permitir que te lleven. La libertad conlleva un precio. Le consuela su vestido nuevo, poco adecuado para esta tarde fresca, pero fruto de la insensata decisión propia que toma alguien sin dueño, que baja la cuesta a toda velocidad y asume el riesgo. Alguien que harta de vivir preocupada por las esquinas y las palabras ajenas se ha dado cuenta de que quiere vivir hacia dentro. Sólo se vive hacia dentro y es lo que importa. Lo demás son intentos de vida sin sentido.
«Hace frío en el mundo sin red» y calor Merce, también se encuentra calor.
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«Ara mateix enfilo aquesta agulla
amb el fil d’un propòsit que no dic
i em poso a apedaçar. Cap dels prodigis
que anunciaven taumaturgs insignes
no s’ha complert, i els anys passen de pressa.
De res a poc, i sempre amb vent de cara,
quin llarg camí d’angoixa i de silencis.
I som on som; més val saber-ho i dir-ho
i assentar els peus en terra i proclamar-nos
hereus d’un temps de dubtes i renúncies
en què els sorolls ofeguen les paraules
i amb molts miralls mig estrafem la vida.
De res no ens val l’enyor o la complanta,
ni el toc de displicent malenconia
que ens posem per jersei o per corbata
quan sortim al carrer. Tenim a penes
el que tenim i prou: l’espai d’història
concreta que ens pertoca, i un minúscul
territori per viure-la. Posem-nos
dempeus altra vegada i que se senti
la veu de tots solemnement i clara.
Cridem qui som i que tothom ho escolti.
I en acabat, que cadascú es vesteixi
com bonament li plagui, i via fora!,
que tot està per fer i tot és possible».
Miquel Martí i Pol
….que cadascú es vesteixi
com bonament li plagui, i via fora!,
que tot està per fer i tot és possible.
Es això viure cap a dins??
….
Gran post Mercè.
Com sempre fantàstic.
Viure cap a dins, gran pas.
Vivim cap a dins, es el que importa.
«esa piel perdida de terciopelo que dejó olvidada hace tiempo» és un bon propòsit, però viure cap a dins, per por al rebug, al desconegut, al que diran,…, El món amb la vida exterior i donar-se als demés, sense patir a equivocar-se, perquè ens equivocarem, segur, és L’opció de vida millor, la que reconfortarà més a la llarga.
Petons Mercè
Hay momentos para vivir hacia fuera y otros momentos en lo que es necesario vivir para adentro…. Equilibrio. Como siempre, un verdadero placer leer tus pensamientos. Gracias por compartirlos!!
Tienes razón, aunque yo me refería al hecho de que no puedes vivir escuchando sólo lo que los demás quieren que hagas. Mi «Vivir hacia dentro» es explorar lo que tú quieres y escuchar tus sueños, no dejarse arañar por palabras de otros que buscan herir, seguir tu impulso y librar esa batalla contigo mismo para ser más tú que nunca sin limitarte ni ceder al miedo.
Muchas gracias!
Sólo se vive hacia adentro. El «afuera» es una proyección ilusoria…agradable o no…pero ilusoria. El equilibrio está en lograr el balance entre la razón y la emoción que impulsa y su lugar «equilibrado» es justamente en nuestro corazón, lleno de amor, de color blanco, de color rojo…ese equilibrio sólo se puede conocer viviendo hacia adentro. Gracias Merce.
Mil gracias a ti por tus palabras 🙂