Tiene que volver a nacer. Regresar a la vida con ojos nuevos. Borrar los reproches y las angustias. Arrancarse de cuajo la pereza, los esquejes secos e inútiles y apéndices innecesarios… soltar las rémoras y abandonar lastre. Tiene que volver a dibujarse el rostro y escoger delicadamente con quién va a cruzar la mirada, ha perdido mucho de ese brillo especial en los ojos descuidando lo que contemplaba. En ocasiones porque no le presta demasiada atención a lo básico. Otras veces porque ha decidido mirar demasiado rato algo que no merece la pena, aunque fuera hermoso y tuviera un tacto agradable.
Será doloroso, debe serlo. Va a cambiar de forma y de substancia, pero tiene que mantener su esencia. No traicionar sus deseos ni nada que haya construido hasta ahora y que le recuerde quién es y qué busca.
El parto será largo. Nacer de nuevo es más complicado. Siempre se lleva la útil pero pesada carga de la experiencia. Esa voz que te ayuda a confiar y te da acceso a la conciencia, pero que también te predispone al cansancio, al desaliento… al tedio de lo ya conocido. Antes tiene que mudar la piel y eliminar cualquier recuerdo que le impida avanzar. Todo aquello en su vida que no sea un punto de apoyo para lanzarse al vacío. Lo que le haga pensar que no puede, no debe, no hace falta. Acallar las voces estúpidas acumuladas en la cabeza, algunas propias, otras heredadas… Sobre todo las que buscan debilitarla y la hagan sentir poco digna. Sepultar credos falsos y obviar las pupilas de aquellos que la miran con condescendencia y le inhiban las ganas de volar. Debe olvidar aromas cotidianos, dejar atrás palabras tatuadas a fuego, romper promesas que la aten a destinos equivocados y dibujados para conseguir la felicidad ajena… Dejar de amarrarse en puerto seguro y soltarse. Salir de la caverna y notar como el sol acaricia su contorno agrietado y sus cicatrices más antiguas. Cada una de ellas con una historia que olvidar solo a medias. Recordar la moraleja, dejar atrás el dolor, llenar el hueco con un nuevo nido. Dejar de repasar el pasado para encontrar conclusiones distintas cada vez.
Tiene que volver a nacer y le faltan fuerzas todavía. Tal vez durante un rato en esta experiencia que ya se avecina, lo intuye, se arrastrará como un gusano buscando la luz al otro lado. Se deslizará por un paso oscuro e incierto. Se convertirá en un ser maleable que quepa en cualquier agujero y se meta en cualquier espacio por limitado que sea. Cambiará de estado sólido a líquido. Será tan elástica que durante un momento ocupará con distintas partes de su cuerpo los dos mundos. El de antes y el que está convencida que debe ocupar ahora. Durante ese lapso de tiempo, no será casi nada. Un híbrido entre ese ser atado al pasado y un ser casi libre. Querrá volar pero sus alas serán débiles. Querrá tocar el sol pero su mano aún no sobresaldrá del complicado embudo en el que se encontrará mientras el trance no termina. Notará su cuerpo comprimido por todas partes, agarrotado y dolorido. Podrá pedir ayuda, pero el camino lo tendrá que afrontar sola, porque si no el nacimiento será en vano… No servirá de nada porque necesita empezar de nuevo desnuda, sin marcas que le recuerden sus límites. Con gestos nuevos, ojos nuevos, ansias nuevas… para cometer errores nuevos y llorar nuevas lágrimas. Para que todo lo que llegue, la pille virgen y sin una idea preconcebida ya de cómo solucionarlo, de cómo vivirlo.
Y cuando salga, tendrá mucho frío. Notará como le arden los oídos y como los pies se le despegan del suelo. Ligera como una pluma, sin apoyos pero sin cargas. Es posible que tenga miedo, que tenga mucho miedo, pero le consuela saber que no podrá volver atrás porque habrá cerrado puertas. Pase lo que pase, tendrá que mirar hacia adelante. Escabullirse hacia atrás no será ya jamás una opción.
Muy bueno, soltar el miedo y dejar el pasado. Hay que tener valentía y autoestima. Ya recorrí hace años ese camino. Hoy tengo paz aunque a mi alrededor solo vea miedo, angustia y frustración. SOY LIBRE! Soy ENSENDERO.
M’agrada molt aquest text, m’agrada el que diu i com ho diu… Felicitats!
Moltes gràcies. Me n’ alegro 🙂
Eso es muy grande… me alegro 🙂 gracias!
Caray, chica, ni yo mismo hubiera descrito mejor mi propia experiencia: ahí estamos.
¡Felicidades, Mercè!
Estoy muy de acuerdo con los comentarios de fredi58 y de María Blanco.
Un abrazo
Pasar por un embudo, intentar salir… sentirse pegajoso y gusano… pero saber que es para algo más grande!! Un beso 🙂
Sempre hi hauran amics que no deixaran que tingui por, Ja sembla preo preparada! i jo cada cop ho veig més clar, també !
A veure si té sort i se’n surt. La necessita 🙂
Animo..nadie puede nacer de nuevo..pero si renacer..y eso es mucho mejor..es vivirlo todo con ojos ilusionados y sabiendo ver lo diferente que lo veia antes..y reirse de los errores anteriores,y crecer emocionalmente analizandolos…un mundo nuevo=sonrisa fresca..que no virgen
Gracias por leerme 🙂
Cierto, se puede renacer y mirarlo todo con ojos nuevos… pero hay que cambiar y para hacerlo hay que escoger y mirarse a la cara para decirse cosas duras y dolorosas… virgen nunca, nunca 🙂 Tienes razón 🙂
Coincidencia o no, muy propio de mayo en el que como cada año se inicia el ciclo que regenera la vida. Igual que mayo muestra el esplendor reeditado de la naturaleza, Mercé nos muestra su alma blanca y bella haciendo las delicias de cada lector, que en ella, siempre es y siempre nos revive, espléndidas primaveras.
Admirada y apreciada Mercé, una vez más gracias. Me descubro y beso tu mano.
Gracias… a ti y a mayo! Un beso 🙂
Reblogueó esto en El Coaching y la Educación Vitaly comentado:
Pase lo que pase, si decidimos volver a nace, hemos de mirar hacia adelante. Escabullirse hacia atrás no será ya jamás una opción.
Muchas gracias! Un abrazo 🙂