Con el paso del tiempo, el lobo más feroz no es más que una sombra voraz y el acantilado parece sólo una roca. Todo cambia de tamaño y tal vez, de forma. Todo se empaña de una luz distinta. Todo se clarifica o se enturbia… Pierde esa intensidad que tenía bajo nuestros ojos de niño temeroso y risueño.
Algunas miradas que antes eran furtivas dan un poco de pena y otras que amenazaban ahora parecen afables. El paso del tiempo acerca lo lejano y borra, a menudo, lo próximo.
Algunos conocidos pasan a ser amigos. Algunos casi hermanos se desvanecen ante nosotros sin más coartada que el destino. Algunos amores intensos y apasionados no soportan los pequeños remiendos necesarios para resistir las embestidas de los días. Otros, a veces más cautos y templados, aguantan y capean temporales. Algunos temporales pueden contenerse en una lágrima y se detienen con una palabra. Otros arrasan madrugadas enteras y silencian lealtades. A veces es necesario que pase el temporal para descubrir lo que te queda… Sólo aquello que realmente había echado raíces en ti. Lo que se sujetaba por un hilo endeble e invisible sale volando en la primera ráfaga.
Con el paso del tiempo, algunos corazones se desesperan y otros se atenúan. Algunos credos toman fuerza y otros se desgastan, se desoyen, se volatilizan. Las palabras dadas y certeras sobreviven. Las que se repetían mucho, pero estaban vacías, ya cansan y se derruban.
Los más grandes se hacen pequeños con el tiempo si estaban hinchados de vanidad o de aire… Si su brío era falso y su historia era fatua se acaban encogiendo hasta llegar a su tamaño natural. Y entonces descubres que no eran mejores que nadie, que sólo lo parecían.
Con el tiempo, lo fugaz puede ser eterno y lo eterno puede desvanecerse ante tus pupilas mientras alargas la mano para sujetarlo.
Los sueños posibles pierden brillo y los imposibles alcanzan, se tocan. Los bosques frondosos son llanuras y las batallas cesan. Las noches se hacen días, los días se hacen cortos y los años parecen soplos. Buscamos el largo trecho que no nos atrevimos a cruzar ayer y encontramos un sendero corto. Esperamos ver el río caudaloso y encontramos un riachuelo seco. Buscamos al ogro y sólo somos capaces de ver al anciano… Un poco triste, un poco cansado, un poco huraño.
Con el tiempo, sacamos al sol la penas y vemos como se secan y amainan. Las dudas que nos sondean la conciencia se disipan y parecen absurdas y surgen otras distintas e inesperadas.
El tiempo nos da respuestas cuando las preguntas que nos inquietaban cambian. Nos permite reírnos de nuestros miedos y engendra otros nuevos y más sofisticados, que se ocultan en lugares aún más cotidianos y afectan a lo más básico.
El tiempo borra al hombre imperfecto del espejo y muestra al hombre práctico. Cambia al héroe por el compañero. Cambia el imperio por la calle concurrida y la cama limpia. Cambia el precio por el valor y le da valor a lo pequeño, lo sencillo, lo básico. A veces, el tiempo cubre de polvo lo que creíamos mágico y hace de la rutina algo extraordinario.
El tiempo hace caer la venda, marchitar la rosa y romper la presa. Al final, el agua siempre vence porque toma la forma de todo lo que la cerca y se mece, se contiene, se desparrama.
Con el tiempo, lo sencillo es grande, lo grande absurdo y, a veces, lo absurdo se convierte en dogma. El paso del tiempo hace visible lo invisible y aflora perezas y sueños.
Los pensamientos más recurrentes y oscuros se calman, se apaciguan. Las ideas brillantes se sujetan fuerte y los complejos se esfuman.
El tiempo te deja sordo ante las palabras necias y ávido de palabras hermosas. Te da hambre de caricias y sed de certezas, de deseos tangibles y cuentos con final esperado y sólido.
El tiempo devora mitos y deja personas de carne y hueso. Las únicas capaces de superar los golpes y contrarrestar las mareas.
El paso del tiempo es un par de zapatos incómodos para recorrer un camino largo. Un llanto que acaba en risa. Una carcajada que se contrae y termina en rictus amargo. Un suspiro de amor que acaba sin abrazos, ni besos. Un sueño que llega tarde. Un pescador que no pesca, una lluvia esperada que llega y arrasa.
Con el tiempo lo hermoso se pone feo y lo feo, a veces, brilla.
El que preguntaba mucho se convierte en sabio y el que parecía saberlo todo, en ignorante.
No te preocupes… Con el tiempo, el lobo feroz se hace viejo y la roca afilada se desgasta.
Bueno, repítelo… Me gusta que te gusten y que me lo digas 🙂 Un abrazo!
María el 5 enero, 2014 a las 9:15 pm
Yo tambien me repito. Me encantan. solo un problema, me están removiendo los cimientos, se mezclan en mi, sentimientos, emociones y frustaciones. Lo peor es que me llegan tarde. Te felicito por tu sensibilidad y claridad de ideas.
Tienes razon..lo desconocido es al principio o temido o deseado…con el tiempo se convierte en dominable y menos asombroso/fascinante….pero se introduce entre los plieges de nuestra vida formando parte de ella
Mercè, como siempre tus palabras parecen formar parte de una preciosa melodía que acuna el corazón. Esta vez, me has hecho recordar un poema (o en la versión musicada de Mercedes Sosa, igual da): Cambia, todo cambia… pero no cambia mi amor por más lejos que me encuentre; ni el recuerdo ni el dolor de mi tierra y de mi gente. Me gusta pensar que hay cosas perennes, que ni siquiera el tiempo puede tumbar, aunque quizás sí transformar, quién sabe…
Laura el 27 febrero, 2014 a las 10:43 pm
Sin duda unos pensamientos para releer a menudo. Una delicia. Enhorabuena! Laura
Excelente! Fabuloso
Me alegro mucho de que te guste. ¡Gracias!
Me alegro de que te guste! Gracias .
Y se que he dicho tanto que me gustan tus escritos,pero… Me encantan!! Simplemente.
Bueno, repítelo… Me gusta que te gusten y que me lo digas 🙂 Un abrazo!
Yo tambien me repito. Me encantan. solo un problema, me están removiendo los cimientos, se mezclan en mi, sentimientos, emociones y frustaciones. Lo peor es que me llegan tarde.
Te felicito por tu sensibilidad y claridad de ideas.
No sé si están muy claras, están muy a flor de piel!
Y no creo que lleguen tarde, nunca es tarde… Un beso, guapa!
que maravilla Merce,,, gran abrazo desde Buenos Aires
Otro para ti, me alegro mucho de que te guste!! Besos desde Barcelona
Que maravilla de palabras, que te llevan, te traen, te mecen, te despiertan… Enhorabuena 🙂
Muchas gracias, un abrazo y feliz año!
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Tienes razon..lo desconocido es al principio o temido o deseado…con el tiempo se convierte en dominable y menos asombroso/fascinante….pero se introduce entre los plieges de nuestra vida formando parte de ella
Mercè, como siempre tus palabras parecen formar parte de una preciosa melodía que acuna el corazón. Esta vez, me has hecho recordar un poema (o en la versión musicada de Mercedes Sosa, igual da): Cambia, todo cambia… pero no cambia mi amor por más lejos que me encuentre; ni el recuerdo ni el dolor de mi tierra y de mi gente. Me gusta pensar que hay cosas perennes, que ni siquiera el tiempo puede tumbar, aunque quizás sí transformar, quién sabe…
Sin duda unos pensamientos para releer a menudo. Una delicia. Enhorabuena!
Laura
Muchas gracias!
Muy bueno le sigo felices fiestas retuit
Muchas gracias! Igualmente! Felices Fiestas 🙂