Prometo llevar la contraria siempre que sea necesario.
Prometo decir no, cuando crea que no puedo quedarme quieta ante una injusticia o asumir una conducta que no me define. Prometo decir sí, cuando nadie lo diga…
Prometo un poco de selva verde en un pedazo de asfalto gris y un universo entero contenido en una mirada.
Prometo presentar batalla con mis palabras y la humildad de mis gestos. No achicarme ante las sombras ni esconderme entre mis pliegues ante los problemas cotidianos.
Prometo no contenerme. Vaciarme, expandirme, inundar lo que amo y envolverme de cielo…
Prometo mar y olas y arena tibia bajo los pies en mil tardes de verano… Prometo lumbre para el invierno y castillos ocres de hojas secas en los otoños más melancólicos. Prometo fuego en el inviero más largo y severo.
Prometo dejarme llevar por la música y amansar a la fiera que me habita. Prometo sacar a la bestia apasionada que duerme en mí para comerme la vida… Prometo intensidad y efervescencia.
Prometo risa y buena locura controlada. Prometo irreverencia para decir lo que tengo que decir y llegar hasta donde me dicte la conciencia. Prometo pasarme y no quedarme corta.
Prometo dudas e inquietudes…
Prometo silencio y prometo palabras.
Prometo quedar agotada intentando conseguir mis metas. Quedar exhausta y tan solo parar para tomar aliento y no perderme los rostros de las personas que están a mi lado y que me acompañan.
Prometo cariño aunque está cansada. Prometo aguantar noches en vela dando la mano y tardes de conversación sin tregua.
Prometo esfuerzo y voluntad de hierro, de ese hierro candente que también se doblega y adapta.
Prometo abrigo cuando se cuele el invierno en el alma y viento fresco cuando el aire se corrompa y el agua esté estancada.
Prometo trabajar mi carácter irascible y mi mente agitada. Buscar la calma que apacigüe mi impaciencia y sosegar mi conducta impertinente. Prometo abandonar al centinela que llevo dentro y que controla que no me desborde ni me suelte…
Prometo sentirme libre cuando me aten.
Prometo no atarme a nada más que mi cordura y mi conciencia.
Prometo dejar de tender al sol mis reproches y lamentos, dejar de doblarme cuando según qué ojos me miran y de agachar la conciencia si me soslayan por las esquinas para ignorar mis pupilas deseosas.
Prometo no esquivar…
Prometo paciencia, aunque se me haga una montaña abrupta. Prometo seguir ilusionándome, aunque tenga que aprender a no esperar nada.
Prometo toda la imprudencia y osadía necesarias para fabricar mundos y desdeñar existencias sin substancia.
Prometo ser un incordio, si hace falta hasta el último día, ante aquellos que le buscan atajos a la decencia o le ponen riendas a la libertad.
Prometo volver locos a los que sólo critican, ignorando sus miradas de asco y prestar atención a los que miran con ojos bondadosos… Prometo contar historias con protagonistas asequibles y cuentos con finales sin perdices.
Prometo llegar al último día dispuesta y con cara de guasa.
Prometo mucha ironía fina y sinceridad descontrolada… Seguiré sin poner puertas a mi campo de flores rojas y sin quitar las espinas de mi lengua avispada e irreverente.
Prometo humildad y firmeza.
Prometo alegría y esperanza.
Prometo abrazos y algún corte de mangas… Sábanas limpias, ventanas abiertas y versos sin rimas forzadas.
Prometo valor y perseverancia. Prometo no olvidar quién soy, ni vender mis principios en los mercados o dejar caer mis valores en las charcas.
Prometo quedarme prendida en un rama antes de caer al vacío y ser la roca que deja que las olas la esculpan con la marea más brava.
Es un amplio catálogo que casi todos compartiríamos…pero, en honor a lo sencillo, uno se enfocaría – en cuerpo y alma – en la novena, décima, décimo sexta, vigésimo sexta y vigésimo séptima…con una dosis adicional de ilusión y positivismo.. ¿Es posible, Mercè, continuar siendo niños hasta el final?….yo, al menos, lucharé por ello.
!cuanto carácter y sentimiento reunidos en un cuerpo de mujer! Prometo..prometo… Mas es una declaración de principios de una luchadora que también ama…lo que mas me maravilla de leerte es que no descubro nada «que se salga de tu hoja de ruta»,pero cada vez lo dices con mas «maestría (seguridad emocional y racional)..SIEMPRE SE,QUE ,AUN NO FIRMANDOLO ES TUYO…y como siempre me gusta «tu carácter»,no puedo dejar de leerte
Me gusto mucho muy bien escrito. Saludos, Adriana
Muchas gracias 😊
En cada escrito te superas Mercè!! Gràcies!! <3
Gràcies a tu!! 🙂
Es un amplio catálogo que casi todos compartiríamos…pero, en honor a lo sencillo, uno se enfocaría – en cuerpo y alma – en la novena, décima, décimo sexta, vigésimo sexta y vigésimo séptima…con una dosis adicional de ilusión y positivismo..
¿Es posible, Mercè, continuar siendo niños hasta el final?….yo, al menos, lucharé por ello.
Luchemos por ello, vale la pena!! Un abrazo 🙂
Disfruté tu escrito, me impulsó. ¡ Ánimo !
Me alegro! Gracias 🙂
!cuanto carácter y sentimiento reunidos en un cuerpo de mujer! Prometo..prometo… Mas es una declaración de principios de una luchadora que también ama…lo que mas me maravilla de leerte es que no descubro nada «que se salga de tu hoja de ruta»,pero cada vez lo dices con mas «maestría (seguridad emocional y racional)..SIEMPRE SE,QUE ,AUN NO FIRMANDOLO ES TUYO…y como siempre me gusta «tu carácter»,no puedo dejar de leerte
Es soy mis palabras, todos somos nuestras palabras… Un abrazo 🙂
Lovely, Merce. A creative manifesto.
Thank you very much dear Patti! Lots of love 🙂