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Piensa qué deseas y qué puedes ofrecer.
Encuentra tu talento y descubre cómo puedes potenciarlo. En el fondo, tú ya lo sabes… Busca lo que te hace diferente y único. Y practica sin parar… El mejor en algo es a menudo el que lo ha hecho más veces y ha puesto los cinco sentidos. El que se examina a sí mismo con ojos críticos y constructivos. Aunque tan importante es la experiencia como el entusiasmo, no lo pierdas nunca…
No te entretengas mucho estudiando para perfeccionarlo, ya lo harás. Trabaja en ello cada día, ensaya, ponte en marcha, actúa. El mejor escritor es el que escribe cada día, el que empieza a escribir sin saber qué va a decir pero junta palabras porque sabe que en algún momento tendrá una historia porque sabe lo que quiere contar… La mayoría de veces apuntarse a un curso para perfeccionar es la mejor forma de postergar. Y si lo necesitas, hazlo al mismo tiempo o analiza si lo haces para eludir la responsabilidad de ponerte en marcha…
Decide si realmente el esfuerzo vale la pena para ti
Si te compensa, si aceptas el reto o eres demasiado perezoso. Sácate el letargo de encima y decide si vas a aguantar todo el esfuerzo… Si miras a tu alrededor y no te gusta lo que sientes, no tienes nada que perder. Toma energía, toma impulso, ilusiónate a cada momento.
Haz sobradamente el ridículo
Hazlo si hace falta, exponiéndote, mostrándote. Busca tu público, busca quién puede estar interesado en lo que tú haces, a quién beneficia, a quién puedes ayudar… Equivocarse no es hacer el ridículo. Lo realmente ridículo es esconderse por temor a lo que piensen los demás.
Exhíbete sin miedo. Siente el vértigo de tropezar y caer, de notar todas las miradas en la nuca y esquivar todos los comentarios… Si te pones en primera fila, recibes los golpes y también los elogios. Asume el riesgo de quedar en evidencia… ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿De verdad es tan importante que murmuren? ¿De verdad es te molesta tanto que se rían o que critiquen?
Mejor que otros crean que haces el ridículo que quedarse con las ganas de vivir…
No des demasiada importancia a las críticas, revisa las bienintencionadas, las de personas que dominan la materia en cuestión y las de todos aquellos a quien admiras y ríe con las demás. Tal vez lo que para ellos es una locura, para ti sea una forma de ver la vida. Los que hacen algo extraordinario, algo innovador, algo que rompe con todo, siempre reciben incomprensión al principio. De alguno de esos comentarios que te hagan puede salir alguna idea interesante, aunque habrá personas que no te entiendan nunca, tal vez no sean tu público. No te obsesiones…
Estoy segura de que a quién construyó el primer avión de la historia de la humanidad muchos le mirarían con recelo y harían mofa de su sueño… Construye tu avión si crees que es bueno, si crees que aporta valor, si te hace mejor ¿qué importa qué piensen?
Sacude tus miedos y toma las riendas.
Revela tus aptitudes, comparte
Regala tu talento y no seas tacaño con él. El talento oculto se empobrece, se hace pequeño y pierde brillo. Demuestra que tus aptitudes son útiles, que mejoran la vida de los demás, que aportan un valor… Muéstralas… En las esquinas de las calles más transitadas, en las redes sociales, en cualquier lugar donde sea un reto… Comparte tus conocimientos y experiencias. Si has descubierto algo que mejora la vida de los demás, cuéntales cómo hacerlo. Si sabes cómo ayudarles, hazlo. Si escribes, publica un blog, atrévete con un libro. Si actúas, actúa para todos y hazles sentir. Si cantas, haz que oigan tu hermosa voz… Si construyes aviones, construye uno… No esperes a que te lo pidan, hazlo. Mejora tu vida y la de los demás cada día…
Regala tu talento hasta que un día alguien pague por él. Y luego, cuando lo hayas demostrado, pide lo que vale. Valórate tú primero, no esperes a que otros te tengan que decir que eres único para creértelo. Si no te quieres, esto no va a funcionar.
No dejes nada pendiente
No dejes nada para otro día, porque el genio de la lámpara pasa hoy por esa esquina a la que te da pereza ir a tocar o entrará hoy en tu blog para ver si has escrito algo nuevo que merezca la pena… Si no sabes si ir o quedarte, si no tienes claro si moverte o quedarte quieto… ¡Actúa! Si dudas entre decir sí o decir no, dí que sí.
Traza tu plan 
Sé tú marca y véndete. Sé coherente contigo mismo y con lo que haces. Sé honesto. Cuida tus formas, mima los detalles… Busca a quién conocer. Entra en todas la redes sociales. Métete en todas las salsas. Lee a todos los sabios. Pregunta, expone, agradece y, sobre todo, insiste. Cien, mil, cien mil veces si hace falta. Y si no surte efecto, recalcula tu ruta y piensa qué no está funcionando. A veces, es por el camino que sigues, otras por la actitud… Otras, es porque te faltan cinco minutos para llegar pero no lo ves porque estás muy obcecado en lo que falta y no valoras lo que tienes.
No te estanques. A veces los sueños se nos hacen viejos y nos caducan antes de cumplirlos. A veces, eso ocurre porque no los deseamos tanto como creemos en realidad, porque son sueños prestados o porque en el fondo, lo que nos gusta es soñar y no tocar, no llevarlos a cabo… Soñar sin actuar es frustrante pero al mismo tiempo, plácido y cómodo.
Huye de la comodidad, es para mediocres
Otras veces, no encontramos la forma, no planificamos, no ponemos fechas para empezar ni diseñamos una estrategia para saber cómo llegar. Pon fechas a tus pequeños logros  pero hazlo sin que sean correas que te oprimen. Sé razonable contigo,  no te exijas hasta asfixiarte, déjate un margen, modifica tus recorridos si es necesario… Para superar tus límites no es necesario que seas un tirano contigo mismo, que tes esfuerces no significa que no disfrutes, sino todo lo contrario. Y salir de tu zona de confort no significa sufrir.
Actúa como si ya fueras esa persona que sueñas ser
Empieza a ser ahora quién sueñas ser. Sé esa persona que está oculta en ti y que quiere salir y gozar de otra forma de vida. Visualízala. Anda como anda esa persona, siéntete como se siente ella, haz lo que ella haría y piensa lo que pensaría … Ponte en la situación y nota cómo cambias. Respira como respirarás cuando seas como quieres llegar a ser, viste como vestirás cuando seas dueño de tu vida. Esa persona eres tú, esa persona que una vez libre de la etiqueta que lleva ahora y de unas limitaciones absurdas, abraza lo que desea. ¿Imaginas cómo te sentirías? Pues siéntelo ahora y vibra de emoción. Esa vibración será tan intensa que podrá notarse desde cualquier lugar, se notará cuando los demás te miren a los ojos… Ellos verán lo que tú eres y lo que tú sueñas, verán en ti lo que sabes de ti, verán lo que tú confías que puedes hacer…
Sé ahora lo que sueñas con ser mañana y el mundo se dará cuenta de que ya lo eres.
Da siempre las gracias. Sé humilde. No estás solo, no eres el centro de nada, no olvides que vas de la mano con tus lectores, con tus clientes, con tus oyentes, con tus consumidores…
Disfruta. Disfruta con tu talento, con todo lo que haces y el entusiasmo que le pones a cada gesto. Disfruta porque eso engancha mucho a quién te sigue. La emoción que sientes tú es lo que emociona a los demás, tus ganas serán las suyas, tu ilusión será la suya…
Ten mala memoria. Sé optimista y olvida lo que sobra en tu nueva vida. Ahora viajas ligero y en la maleta ya no te caben ni dolor ni resentimiento… No hay lugar para culpas ni reproches. No acumules recuerdos que arañen y salpiquen tu vida actual. Exprime de ellos lo bueno y suelta el resto. Asume, sonríe y cabalga.
Confía en ti y lidera tu vida. Recuerda siempre que puedes y que quieres, recuerda quién eres… Recuerda que llevas las riendas y decides. Eres grande, haz que se note…