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Porque dije tantas veces que no queriendo decir que sí… Ahora me apunto siempre… Porque dije tantas veces que sí, sin desearlo, ahora no me callo nada.

Porque he pensado tanto en todo sin parar, ahora escojo sentir… Escojo notar y dejar de calcular.

Porque estuve tan cansada, ahora huyo de las sillas y los recodos del camino… Y si me fallan las fuerzas, miro atrás y veo lo que he dejado a mi paso y sé que puedo.

Porque fui tan pequeña, ahora quiero ser enorme.

Aunque sin dejar mi menuda presencia que se cuela en los rincones y llega a pisar el perímetro de alguna conciencia… Al final, fueron una suerte mi pequeña estatura y mis palabras imprudentes… La primera me hizo soñar con llegar a la luna… Las segundas bajaron la luna para que me la guardara. Así nunca me quedo corta…

Porque fui un libro en blanco, ahora soy un libro gastado por mil ojos hambrientos. Tengo todas la palabras del mundo en mis páginas rotas.

Porque estuve tan sola, ahora me tengo a mi misma…

Porque ya tuve miedo de todo y aún lo conservo a veces, decido sacarme el antifaz de niña temblorosa y dejar que mis muecas más alegres y más tristes choquen con el mundo.

Porque quise tanto, continuo queriendo aún más… Más por necesidad que por costumbre, más por pasión que por norma.

Porque ya fui una oruga diminuta que buscaba unas alas… Porque una vez fui una alcachofa que veía la vida pasar sin dejar de apretar sus hojas… Ahora soy un girasol que se retuerce buscando la vida. Hasta quedarse seco y extenuado, hasta desgastar hasta la última migaja de vida soñando sol…

Porque me equivoqué mucho, ahora reboto en las envidias y las malas caras. Cerré los ojos para soportarlo durante un tiempo, pero ahora me conozco cada una de las miserias que me habitan y sé cómo sobrellevarlas.

Porque muchas veces fui el destino, ahora quiero ser el camino… Llenarme de ideas, llenarme de pasos…

Porque ya hubo un tiempo en que cerré tanto los brazos para protegerme que me quedé sin abrazos, ahora me suelto. Ahora nunca dejo que nadie pase de largo.

Porque tengo tantas preguntas y hay tantos sabios ocultos tras unos ojos cansados.

Porque no tuve valor para pedir lo que quería y lo perdí sin apenas tocarlo, ahora me lanzo y devoro momentos.

Porque ya me escondí en el fin del mundo, ahora me pongo en primera fila. Para que si llueve, pueda mojarme… Para que me lleguen las caricias y me aturdan las críticas. Para notar que vivo sin más paliativo que la pura sensación de existir y respirar… Sin más lastre que mis pensamientos locos.

Porque conocí el escozor que provocan  los arañazos, nunca buscaré venganza…

Y si el rayo me parte, me romperé en mil pedazos, repartiré mis ganas por el mundo… Sabré que valió la pena dar la cara…

Porque me dijeron tanto que no, ahora no me conformo. No voy a resignarme con la vida de otros ni voy a surcar sueños ajenos…

Porque yo decido.

Siempre en primera fila…