Las preguntas son poderosas. Nuestro diálogo interior es necesario para crecer. Las preguntas son, a veces, más importantes incluso que las respuestas… Aunque, demasiado a menudo, nos hacemos trampa. Nos preguntamos cosas que tenemos superadas con lo que las respuesta que obtenemos son cómodas y llevaderas. Como si cada día corriéramos el mismo tramo sin intentar ir más allá o hacerlo más rápido. Nunca batimos nuestro récord, nunca nos superamos. Nos movemos en ese metro cuadrado de logro que nos gusta recordar. Por eso cuanto más impertinentes seamos con nosotros mismos más lejos llegaremos en nuestro análisis interior.