Nos asusta equivocarnos y, sin embargo, es casi tan necesario respirar. Sin error no hay evolución, no hay madurez ni crecimiento. Sin fracaso, no hay victoria. Cada vez que nos equivocamos, abrimos un nuevo camino hacia otro lugar donde nos espera algo bueno, un aprendizaje que necesitábamos. Si sabemos sacar lo mágico, lo maravilloso, lo bueno de cada error, nos daremos cuenta de que salimos ganando y nos acercamos a nuestros retos, a nuestros sueños. Lo que cuenta es actuar. Decidir. Renunciar. Arriesgar. Equivocarse es maravilloso…
Totalmente de acuerdo, muchas veces los errores nos llevan por caminos que desconocemos, y solo al final del recorrido podremos ver su significado. Un saludo 🙂
Muy cierto, lo bueno a veces no tiene esa apariencia al principio 🙂 gracias!
Muy cierto Mercè. El problema surge cuando sabiendo que erramos, permanecemos tozudamente en el error. Eso, creo, nos aleja del amor.
Petons
Y la vida te hace seguir topando con la misma piedra para que aprendas 🙂 gracias!