Ayer alguien de llamó «rompesueños» en Twitter. Lo hizo porque para promocionar mi último libro puse la frase «todo es posible, pero no todo va a suceder y no pasa nada». Lo hice porque esa frase es para mí la esencia más pura de la libertad y el desapego de todo lo que nos ata y no nos permite vivir siendo nosotros mismos. Porque forma parte de la esencia también de mi obra y de mi forma de sentir, de lo que he aprendido equivocándome millones de veces y dándome de bruces con el muro de mi necesidad de que todo sea como lo sueño.
Quiero dejar claro, ante todo, que no invito para nada a dejar nuestros sueños y metas. Es más, mi frase es una invitación a desearlos con más ganas y ponerse a ello, pero no desde la desesperación y la necesidad, sino desde el amor y la convicción. Porque esto no va de lo que se consigue, sino de cómo se vive ese proceso, de la actitud con que lo vivimos. Con actitud no basta, es cierto, pero marca una diferencia importante. No porque te haga conseguirlo todo, sino porque hace que valga a la pena o no ponerse a ello.
Persigue tus sueños, por favor, pero no dejes que te amarguen la vida. Tú eres más importante. Hay más sueños, pero no hay más recambios para ti. Y lo digo yo que soy la mujer de las listas de objetivos, la mujer que se hace listas de listas… Y son muy útiles, realmente. Más que nada porque cuando haces una de esas listas negro sobre blanco, te permites quitarte esa necesidad de recordarla de la cabeza y liberas espacio y angustia. Y cuando la repasas, recuerdas tu norte. Es maravilloso tener un norte, pero no perderse en él. Lo digo porque yo me he perdido en él mil veces y he acabado culpándome por no seguir a rajatabla una lista que tal vez podría cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Las listas están a nuestro servicio y no al revés.
En realidad, creo que esto nos pasa porque vamos por la vida desmotivados porque no vivimos la vida que deseamos. Y a veces es sólo porque nos resignamos no a tener menos sino a sentirnos menos, decimos demasiado que sí a lo que no nos llena y poco a lo que nos hace volar. Y entonces, buscamos una motivación para seguir y nos aferramos a un sueño y acabamos necesitándolo tanto para seguir respirando que la vida, que es sabia hasta rabiar, te lo aleja cada día para que sepas que realmente lo que necesitas es darte cuenta de que ya eres maravilloso y lo único que realmente necesitas es amarte y reconocerte. Te lo aleja la vida y tus decisiones, a veces pequeñas, diminutas, imperceptibles, cada vez que dices no a lo que amas o te dejas pisar porque crees que no hay más remedio…
No va a pasarnos todo lo que deseamos que nos pase… ¿De verdad alguien se lo cree? ¿o sólo nos gusta leerlo para acostarnos contentos y engañados? Así lo siento y así lo digo porque es lo que he vivido y he aprendido… No voy a vender humo facilón. Lo siento… El otro día una persona maravillosa con la que estuve charlando un rato sobre lo que escribo me dijo que agradecía que dijera «la verdad» (que quede claro que es la mía, cada uno puede pensar lo que quiera y yo no sé casi nada). Me dijo algo así como que iba a convertirme en una «antigurú» del desarrollo personal por decir entre otras cosas que no vamos a conseguir todos nuestros sueños. Me lo decía con cariño, como algo positivo, porque agradecía que fuera sincera y hablara de mí cuando escribo. Y la verdad es que me impactó mucho y al pensarlo, parece bien. Si hace falta, me declaro antigurú, porque tampoco quise nunca ser gurú de nada y creo que si quiero acompañar a las personas en este maravilloso y duro proceso de conocerse lo que importa es que sea honesta.
Soy la primera que busca sus sueños, siempre lo digo. Y creo en la magia y en los milagros, de verdad. pero llevamos tanta carga y dolor acumulados que primero hay que soltar y sentirse libres, amarse y reconocerse… ¿Es que aceptarse y amarse de verdad en esta sociedad que te vende la necesidad constante de ser perfecto no es un milagro?
Lo que quiero decirte es que ya eres tu sueño. Que no necesitas marcadores ni resultados. Sé, haz, siente lo que eres y deja de esquivar tus miedos y la responsabilidad de hacerte feliz. Sueña y planifica pero no te tortures. Vive tus metas y retos sin culpa, date oxígeno, por favor… No te aferres, sé flexible. Que lo que te motive sea la vida misma, este momento mágico, no algo que esté fuera de ti porque cuánto más creas necesitar lo soñado para ser feliz, más lejos estarás de ti mismo y ya no hablo de tu sueño… La vida misma es el chute que necesitas para estar en ella y aprovecharla. No necesitas un resultado para saber que eres grande… Sé grande. El milagro es el cambio, el camino andando que te cambia y te ayuda a comprender que ya eres. Que no te has quedado con las manos vacías pase lo que pase porque te has quitado capas de dolor de encima…
Esto va de perseverar, pero también de adaptarse. Un día te levantas y descubres que tu campo de trigo ha sido devorado por los pájaros, después de tanto trabajo… Y puedes lamentarte mil años o volver a plantarlo mil veces e insistir. Y puede que vuelva a crecer y llegue tu cosecha maravillosa como mereces, pero también puedes decidir que ha llegado el momento de plantar flores… Y puedes venderlas o contemplarlas y encontrarte un día tan inspirado por ellas que acabes escribiendo un libro que acompaña a otras personas a plantar trigo, a plantar flores, a conseguir sueños y amarse… O te acompaña a ti en tu camino para crecer, que es lo que importa en realidad. Y miras al cielo y das gracias a los pájaros porque aquella madrugada hicieron un trabajo perfecto para ti devorando tu campo de trigo, aunque te das cuenta ahora y no entonces. Siente qué deseas a cada momento sin obsesionarte por nada, sé capaz de cambiar de rumbo si el rumbo que sigues te está desgastando… No pasa nada por reconocer tu error o renunciar a lo que creías que era tu destino. Lo que importa es que no renuncies a ti.
A veces, no se trata de abandonar el sueño, sino de encontrar una forma de acercarse a él que no te anule, que no te deje sin aire, que no te obligue a estar en suspenso y sin vivir mientras llega. Porque lo que te daña no es ese sueño, si no tu necesidad de creer que si no lo consigues no eres nadie, cuando ya eres todo…
No pasa nada. La vida es cambio constante, riesgo… El riesgo de vivir tus sueños al límite o de soltarlos para que vuelvan si son realmente para ti y si no, ser capaz de volver a empezar y encontrar otros. Algo tengo que decirte, estoy totalmente convencida de que si algo está en tu camino y lo intentas con ganas es inevitable que acabe sucediendo… Lo que cuenta no es el resultado, sino el proceso. Lo que de verdad importa es que has decidido vivir de lo que cultivas y ser libre… Y debes ser libre de todo, incluso de ti mismo… De tu necesidad de culparte y perseguirte con exigencias. Tus autocastigos por no llegar a tus metas y tus reproches infinitos. Tienes que dejarte margen y espacio en tus listas de objetivos para que pasen cosas imprevistas que zarandeen tu vida… No lo sabemos todo y a veces tiramos piedras a los pájaros cuando venían a salvarnos la vida.
Persevera en tu meta, pero sobre todo persevera en ti. Cultiva, sobre todo paciencia y amor por ti. Suelta tus necesidades ficticias. Todo llega si tiene que llegar, y si no llega es porque está dejando espacio a algo mucho mejor. Y nos está ayudando a crecer inmensamente.
No dejes que tus sueños se conviertan en tus pesadillas… Escúchate de verdad y date cuenta de que no tienes nada que demostrar ni medir, nada que hacer para que te acepten o valoren. Que soñar no te impida vivir.
Todo es posible, pero no todo va pasar. Eso forma parte de lo extraordinario de esta vida dura y complicada a veces que se resiste a dejarte subir la montaña, porque te ha reservado un lugar privilegiado en el valle, pero no lo ves porque no paras y escuchas tus latidos…
Os diré algo. pienso continuar persiguiendo mis sueños con ganas, pero no dejaré que me rompan,, ni a mí ni a ni vida… Seré yo quien los rompa a ellos en pequeños pedazos y me los tomaré a sorbos o iré a buscar en lo más recóndito de mi alma un sueño nuevo y maravilloso. Ya lo he dicho mil veces, en ocasiones, hay que perder para ganar. Hay que ceder para poder parar y darte cuenta de que te estás destrozando por algo que no te dejar vivir tu presente. Y que no es bueno ni malo, es un estímulo maravilloso, pero no puede condicionar tu vida hasta dejarte a medias de todo, en un limbo, pendiente de un resultado, una marca, una fecha, un reconocimiento…
Porque lo que importa es lo que eres y lo que te transforma, no lo que consigues.
Persigue tus sueños, sin duda, pero mientras tanto, vive. Vive intensamente y siéntete merecedor de todo lo mejor de la vida.
Y si me permites Merce añadiría algo más desde mi experiencia. A veces, lo que perseguimos no es lo que más nos conviene y la vida es tan sabia que nos dice: todavía no, o esto no porque viene algo mejor, o gira un poco de rumbo y verás cosas maravillosas. Y como bien dices, no pasa nada. Porque el fin es el amor y el amor está en cada parte del camino. Solo hay que escuchar al corazón.
Un abrazo
Totalmente, como digo en el texto, hay que agradecer a los pájaros que devoren tu cosecha… No sabemos nada y a veces perseguimos sueños prestados por demostrar y para ser aceptados… gracias por tu aportación 🙂 un abrazo!
Mercé me ha encantado tu entrada, no eres una rompesueños. Hoy día se vive en el inmediatismo. Cuántas veces he tenido que renunciar, la vida es así y más cuando está atada al dolor crónico. Ya no me importa no perseguir dueños, solo aspiro a no tener que demostrar a nadie que soy la más luchadora y tenaz, solo soy una más. Aspiro a que algo bueno se cruce por mi camino, ya que por desgracia me rompí muchas veces. Como dices esto va de perseverar.
No somos grandes, ni tenemos por qué ser grandes. Somos, simplemente. Con nuestra dudas, nuestras fobias y miedos, nuestros errores y nuestros sueños. Y esos sueños en la mayoría de los casos no se cumplirán. Así es la vida. Pero nos marcan un camino. Ese es el secreto, aprender a recorrerlo y disfrutar en el mismo. ¿¡Renunciar a los sueños!? Ni hablar,con ello renunciaríamos al recorrido por alcanzarlos. Y en ello nos va mucho, si no todo, de nuestra propia felicidad.
No habla de eso, hablo de no morirse por ellos… Es importante leer lo que pone el texto y no dar por supuesto nada. Y sí que somos grandes, mucho… Si no te sientes así por ti mismo, entonces necesitas siempre sueños inventados para motivarte y eres capaz de acabar muerto en el camino por ellos sin darte cuenta de que ni siquiera son tuyos… Y sé de qué hablo, de verdad…
Muchas gracias por tus palabras, a veces no vender humo ofende a algunas personas que necesitan humo, me alegro de que la mayoría no lo necesiten… Un abrazo 🙂
Y lo bueno se cruzará en tu camino, seguro, aunque no podemos controlar cómo… Será como sueñas o incluso mejor… ánimo 🙂
Gracias. Me conformo con poder seguir el camino.🍏😳
Bravo!! Muy bien explicado!!
Muchas gracias, espero que sea útil 🙂
No está mal pero seguro que hay más para ti, siente que lo mereces 🙂 un abrazo!
Me encanta tu sinceridad y tu honestidad a la hora de expresar la Vida misma… gracias.
No puede ser de otra forma… Y creo en la magia y en los milagros pero siempre trabajando desde el interior, no mirando sólo hacia afuera 🙂 mil gracias!
Me alegra comprobar que en tu entrada seas sincera, no creas necesidades inútiles. En vez de encontrar una salida, se crean más necesidades, más sueños y más frustraciones; ansiedad. Son como muros que nos impiden avanzar. No es fácil desde luego. No al humo. Gracias
Claro, sabes, a veces el problema no es que el sueño sea muy complicado, eso no es malo ni bueno y todo es posible al final… Yo invito a tener sueños «elevados» pero no podemos dejar que nuestra felicidad dependa de ellos, de nada ajeno a nuestro autoconocimiento… Lo digo por experiencia pura, me he hecho mucho daño castigándome y culpándome por no conseguirlos a pesar de hacer de todo para ello… A veces, hay cosas que no llegan pero eso no significa no seguir adelante sino no machacarse con ello ni enfermar sino aceptar y levantarse para descubrir cómo nos transforma eso por dentro. A menudo, cuando no consigues algo, es porque te espera algo que resulta mejor y siempre está dentro de nosotros… No al humo… Gracias 🙂
¡Gracias por tu reflexión Mercè! Y por las aportaciones de las personas que han comentado este artículo. Y me quedo con: «Hay que ceder para poder parar y darte cuenta de que te estás destrozando por algo que no te dejar vivir tu presente.» Gracias de nuevo por expresar con palabras tantas experiencias, sentimientos y emociones humanas. Felicidades!
GRACIAS…
Antigurú, Rompesueños…. cada uno mira desde su propios miedos y cómo los gestione…
Y yo mirando desde mi miedo a no lograr las listas y sueños, como mencionas, con todo lo descrito en el texto, opino que es Sensatez recordar no perder el presente, la vida y la felicidad por el futuro incierto.Aunque queramos llegar puede que no lleguemos. Será lo que de veras sea para nosotros…
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS… ❤
«Porque lo que importa es lo que eres y lo que te transforma, no lo que consigues.»
QUE MARAVILLOSA FRASE,
MUCHAS GRACIAS
Mil gracias!! el verdadero cambio es interior 🙂
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS a ti! en realidad todo es tan posible que, a veces, de camino a un sueño descubres que has crecido tanto que no lo necesitas y encuentras otro que te llena más en una esquina de tu vida… Un abrazo 🙂
Gracias a ti por tus palabras, vivir el presente es siempre lo que importa 🙂 un abrazo!