Dibuja tu mapa

Acaba el verano y parece que también se acaba tu vida. Todo el año esperando y ahora ya terminó… No puedes vivir pendiente del verano, las vacaciones de Navidad o los fines de semana. ¿No quieres ser feliz de lunes a viernes? ¿te conformas con una vida a medias?  Tienes que vivir cada día, notar el momento… La única forma es ser sincero contigo mismo y decirte la verdad… No soportas tu vida y tienes que hacer algo ya… Mereces vivir intensamente cada día y hacer algo que te motive y apasione para que los domingos por la tarde no tengas esa sensación de quemarte por dentro… Dibuja tu mapa, traza un plan y encuentra eso que hará que tu vida tenga sentido.
 

Sé tu aliado, no tu enemigo

¿Sabes cómo comunicas? ¿Te das cuenta de si tus gestos acompañan a tus palabras? ¿gestionas tu lenguaje no verbal o dejas que muestre tus emociones sin trabajar en ellas? la forma es importante. En lo que dura un parpadeo, tu forma de estar  y tu postura dan mucha información a las personas que te rodean y se hacen una idea de quién eres… Si esa imagen no es adecuada o no se ajusta a la realidad, costará mucho borrarla si no tienen trato contigo. El lenguaje no verbal supone el 55% del impacto que causamos en los demás. Vale la pena trabajar en ello, conocerse a uno mismo e invertir en conseguir coherencia a la hora de comunicar… Transmitir naturalidad y hacer que tu marca personal se potencie.
El porqué de las cosas que no tienen porqué

El porqué de las cosas que no tienen porqué

BAILAR
Tiene miedo, pero hará lo que haga falta para no esconderse nunca más y dedicarse a vivir…
Se subirá al tren. No importa dónde pare porque lo que quiere es sentir y sabe que vaya a dónde vaya encontrará lo que busca.
Porque la vida siempre te pone delante lo que necesitas aprender.
Porque sabe que lleva dentro las preguntas y las respuestas.
Porque lo único que le hace falta para vivir es notar que vive.
Soltar el lastre que lleva incrustado en su cuerpo menudo .
Y lo soltará, aunque tenga que hacer jirones su piel muda de besos.
Aunque tenga que arrancarse el miedo que le habla al oído y le duerme en las sienes.
Aunque no haya nadie en el mundo que la entienda y la miren como si estuviera loca.
Aunque a veces, al caminar, tenga la sensación de que nadie va a dónde ella va y se sienta muy sola, muy cansada, muy equivocada.
Aunque las únicas miradas que atraiga sean las miradas fijas de los loros del parque se controlan a las palomas.
A menudo, piensa que nunca sabrá lo es el sosiego, la calma, la paz de no luchar con ella misma por salir de un caparazón grueso.
A menudo, se desespera porque ve que ahí a fuera llueve y tiene muchas ganas de mojarse.
Y cuando se lo cuenta al mundo, cuando les explica que cada día se araña las rodillas y se magulla las manos intentando salir de la coraza, la miran con recelo… Porque ellos se pasan la vida intentando volver a dentro para que la verdad no les encuentre. Para no tener que ver lo minúsculas que son sus vidas podadas por el miedo.
Tal vez, quién sabe…
Sólo los locos podrán entenderla.
Sólo los locos podrán amarla.
Bendito ese amor que no nace de pesar ni medir, ni de razonar ni contar.
Bendito ese amor que no se puede explicar…
Ese amor donde las palabras se quedan cortas, las caricias se quedan cortas, las tardes se quedan cortas…
Ese amor que es capaz de los silencios más dulces y las envestidas más amargas.
Ese amor que borra lágrimas y abre ventanas.
Que vuelve a dibujarte las formas y te desabrocha el alma para que salga de su escondite más oscuro. Que te obliga a salir del mapa…
El amor que todo lo cura menos su adiós.
Aunque, a pesar del adiós, valga la pena, siempre…Porque es un amor real y no una copia barata. Y, pesar de todo, seguir viviendo, aún más, con más ganas, con más pasión, sin tanta medida y con más empeño.
Para descubrir que nada puede lastimar su piel si no se deja.
Para encontrar un amor verdadero en ella misma.
Para poder darse cuenta de que no importa que el mundo no sepa verlo si tú lo notas.
A veces, el mundo está esperando a que alguien como tú se atreva. Que se lance y le cuente una nueva versión de la historia… Que se lo cuestione todo tanto que lo conocido pierda forma y tengamos que fabricar una nueva entre todos… Para que tengamos que aprender a vivir sin estar pegados a nada que nos recorte… Para que las personas puedan buscar las respuestas que necesitan en su interior, sin esperar encontrar la razón de sus vidas en los anuncios de perfume y se pierdan la vida pensando que no llegan al listón que otros han inventado.
El mundo necesita a alguien que elabore una nueva teoría mediante la cual se explique el porqué de las cosas que no tienen porqué… Aunque muy dentro de nosotros ya sepamos la respuesta.
 

Que te mate la curiosidad

Nos empeñamos en dar vueltas siempre a lo mismo sin salir de los esquemas rígidos en los que nos han educado. Nos cuesta arriesgar y cambiar nuestros hábitos por otros que nos ayuden a pensar distinto para innovar y crecer como seres humanos y como profesionales, tanto si trabajamos por cuenta ajena o somos emprendedores. Tal vez deberíamos cuestionarnoslo todo, arriesgar, estar dispuestos a romper con esos esquemas… ser curiosos y estar dispuestos a sentirnos incómodos para entrar respuestas.

Aprende a ser tú

Aprende a ser tú

nina-casita
Tal vez te preguntas a menudo por qué no llegas a tus metas. Por qué siempre que ya estás tocando el cielo, parece que se cierran las compuertas y alguien cuelga el letrero de “aforo completo”. Y tú nunca entras en él…
Examinas todo lo que haces, cada día. Cada paso, cada uno de los puntos de la lista de listas que te has confeccionado para poder seguir, para no perder de vista tus objetivos.
He notado eso que sientes. Esa sensación de tenerlo vetado. De quedarse a un suspiro de tu sueño y sentir como huele mientras otros lo degustan. He sentido esa rabia contenida que tan sólo sirve para contracturarse la espalda y notar un dolor de estómago terrible…Para amargarse y culparse a uno mismo y a otros de tus fracasos.
He dormido con la sensación de ser invisible y me he despertado sin encontrarme la risa. He sentido que el mundo giraba  al revés mientras yo corría hacia la meta y parecía que estaba quieta… Que era un eterno segundón. Con la sensación de tener el deseo y el talento suficientes pero quedarme al otro lado de la línea. De ponerme a volar  y, de repente,  tocar techo y no descubrir por qué. Esa certeza de creer que tu vida no es tuya y hagas lo que hagas eso nunca cambiará… Que el éxito te esquiva y la fortuna se ríe de ti.
Sí, yo también he buscado en mil libros. Me han resucitado las ganas entre sus palabras… He aprendido mucho de ellos mientras me buscaba a mí misma. He escuchado a mil sabios… Algunos de ellos me han regalado una parte del mapa que me faltaba para llegar a ese tesoro que es mi esencia, mi coherencia…
Y he andado mil caminos. Algunos de ellos ni tan sólo sé cómo he osado pisarlos, de dónde he sacado el valor para sondearlos, cómo he soportado la soledad inmensa que me han impregnado… Aunque me han llevado a mil respuestas y han cambiado mis preguntas por otras preguntas nuevas…
Y el final del camino, siempre eres tú mismo. La meta lleva tu cara. La respuesta a la pregunta es tú… El por qué tiene tu nombre.
Siempre. Lo que hoy no logramos entender es lo que ayer decidimos no conocer o no preguntar. Lo que ahora no logramos es lo que ayer pensamos que no nos pertenecía. Lo que no vivimos es aquella experiencia que un día, sin casi darnos cuenta, decidimos que no nos merecíamos.
Somos el resultado de lo que hicimos y dejamos por hacer…
Cada uno de nosotros lleva ocultas dentro las claves para despejar las incógnitas de su camino. Somos el fruto de nuestras decisiones pasadas, de las presentes… Y llevamos en la cara dibujadas las decisiones futuras que ya sabemos que vamos a tomar y que nos recortan la esencia, la felicidad, la vida.
Somos un amasijo de normas autoadjudicadas que cada día nos coagulan las acciones. Llevamos en los huesos nuestras emociones comprimidas… Nuestros lamentos y quejas circulan por nuestras arterias y definen nuestros gestos, nuestros actos, nuestras ilusiones…
Cuando soñamos, nos achican los sueños porque intentan convertirlos en asequibles, en probables, en realidades que no nos decepcionen… Nos protegemos de nosotros mismos hasta el extremo de anularnos, de traicionarnos.
Cuando caminamos, esos pensamientos prefabricados nos cansan, nos paralizan.
Cuando razonamos, nos limitan, nos dibujan un círculo para que no salgamos de él y tengamos pensamientos viciados, corrompidos… Los pensamientos cortos de un niño que piensa que no podrá y no puede.
Cuando llegamos a la esquina de nuestro sueño y vamos tocarlo, lo apartan, lo envían lejos y nos agarrotan los dedos…
Y ni siquiera nos damos cuenta de cuánto nos reprimimos y recortamos. De esos esquemas que repetimos siempre, esas conductas reiteradas… Y cuando nos preguntamos por qué, la lista de razones del fracaso viene dictada por nuestros miedos, por nuestros pensamientos rancios, por unos parámetros de conciencia que nos reprimen y hacen menguar.
Y un día, descubres que eres siempre el segundo porque en tu mundo, en tus pensamientos, siempre has imaginado que no mereces más… Porque no confías en ti.
Porque te visualizas siempre a un metro de la meta.
Porque no te sueñas llegando al final ni te emocionas al pensar que podrás…
Porque te crees que no eres la persona que consigue lo que tú deseas y cada día te alejas más de ti.
Porque no aceptas lo bueno que te da la vida, porque no lo ves.
Porque creaste una imagen de ti demasiado pequeña para el tamaño de tus sueños y no te la has cuestionado nunca.
Porque hace mucho tiempo te programaste para resistir, para sobrevivir y dejaste que tus temores e inseguridades escribieran tus normas secretas, que quedaron marcadas a fuego en ti… Y sigues obedeciendo a ese programa, aunque eso te supone perder alegría, soltar vida, amarrarte a una versión de ti mismo que no te representa.
La respuesta está dentro de ti. Y no sabes cómo sacarla, cómo encontrar la manera de empezar otra vez, de pensar distinto, de construir nuevos esquemas y empezar a soñar de verdad…
¡Cuánto trabajo por hacer!
¡Cuántos límites por borrar!
Sacar tu esencia de entre la maraña de normas absurdas… Reescribirte, reautentificarte, redibujarte… Desaprender y empezar a vivir.
¡Qué complicado y qué apasionante!
No hay nada malo en el ser el segundo, ni el último… Lo importante es no resignarse a una vida que no te llena y no renunciar a ser tú.
 
 

Gracias

Gracias

chica-nieve
Gracias por cada vez que me han dicho que no.
Las tengo todas guardadas en los cajones de mi alma y las miro de vez en cuando para recordar que supe remontar.
Gracias por las noches dando vueltas, porque me han obligado a descubrir porqués.
Gracias por los caminos oscuros y acerbos, porque curtieron mis pies y esponjaron mi alma.
Por cada vez que creí que no podía y supe ver que me equivocaba.
Por los errores maravillosos y los enojos sin sentido que me ayudaron a ver qué tipo de persona no quería ser.
Gracias por los amigos sinceros que no juzgan.
Gracias por los que planearon derrotarme y me hicieron invencible…
Gracias por los sueños…Están todos en el mapa de mi vida.
Gracias por la sombra, porque me impulsó a buscar la luz.
Gracias por todos y cada uno de mis miedos, han sido mis autopistas, mis catapultas… Mis caminos retorcidos hacia una versión de mí más libre, menos cansada.
Gracias por todas las risas.
Gracias por intuir y acertar.
Por todas las oportunidades, sobre todo las ocultas tras un semblante rudo o una capa de dificultad.
Por los saltos sin red que acabaron en fondo mullido.
Gracias por las decepciones, se han convertido en grandes amigas, en confidentes, en palancas…
Gracias por las cajas de tesoros. Gracias por la imaginación que permitió verlos e inventarlos.
Gracias por las lágrimas que sacaron de mí de todas las palabras que llevaba almacenadas.
Gracias por los cuentos y las moralejas.
Por mi amor la lluvia y mi gran necesidad de mar.
Por todas las personas que no me han entendido y han hecho que tuviera que aprender a explicarme mejor…
Gracias por ese viento fresco que viene y se lleva las miradas amargas.
Gracias por el otoño y su inmensidad ocre y roja.
Por el frío insoportable  y el abrigo dulce.
Por la pasión sin cauce y por todos los besos, los recibidos, los dados, los soñados.
Gracias por mis torpezas, porque son las semillas de mis aciertos, las madrugadas de mis amaneceres más hermosos…
Gracias por las caídas y los arañazos, cuando los recuerdo y revivo ya no siento el dolor sino la vida…
Gracias por las cuerdas flojas que he tenido que atravesar y todos los momentos incómodos que me han dejado desnuda…
Por la fuerza que me permite mostrar al mundo que soy vulnerable y que, muchos días, me siento diminuta.
Gracias por sentir.
Por desear.
Gracias por dudar y por vacilar.
Gracias por no saber fingir.
Gracias por no llegar y tener que volver a empezar.
Gracias por ser.
Por existir.
Por buscar sin parar.
Por apreciar lo pequeño.
Por aspirar a lo grande.
Por darme cuenta de que a veces lo grande es lo más pequeño.
Gracias por mis ganas de bailar.
Por el aire en mi cara y la arena en mis pies.
Gracias por amar… ¡El más grande de los regalos!
Por medrar.
Gracias por el camino de cada día.
Por haber aprendido a mirarme con los ojos de la conciencia.
Gracias por tanta belleza en todas partes y por ser capaz de verla sin tener que forzar.
Por aprender a perdonar.
Gracias por mi amor a las palabras ¡menudo lujo!
Gracias por darme cuenta de que debo dar gracias y alegrarme de hacerlo.