Os invito a hacer el ridículo

Ha llegado la hora de hacer todo aquello que queremos, pensando en nosotros y dejando de lado lo que quieren los demás. Ha llegado la hora de dejar de esconderse. Debemos acostumbrarnos a «hacer un poco el ridículo» si hace falta para ser nosotros mismos… Como hacer un entrenamiento para cada ir atreverse un poco más a ser auténticos. Y darnos cuenta de que el ridículo lo hace quién no se atreve nunca y se queda con las ganas de vivir.
 
 

¿Quieres amor de verdad o te conformas con sucedáneos?

No nos han educado para estar solos y eso hace que a menudo, busquemos amor a cualquier precio. Que nos conformemos con sucedáneos de amor porque creemos que debemos aprovechar la oportunidad por si luego no nos quiere nadie. Nos aterra la soledad y tenemos la necesidad de demostrar al mundo que somos dignos de ser amados. Aceptamos amor a medias cuando nos merecemos un amor entero…
 

Si no muestras tu pasión, no comunicas

Si no muestras tu pasión, no comunicas

Para comunicar y seducir debes darles a los que te escuchan una parte de ti mismo, compartir tu pasión y entusiasmo. Dejar que te conozcan y mostrarte seguro.
Cuando comuniques, cuenta historias, a todos nos gustan las historias. Que se note cómo te emociona lo que dices y cómo te implicas en ello. Y escucha, sin escuchar no se puede comunicar…

Cuando te dejan brillar, sumas…

Me gustan las personas que saben ver el brillo en los demás y no les asusta.  Me gustan los que suman y saben crear un ambiente en el que todos pueden aportar y crecer. Me gustan las personas que huyen de la mediocridad y buscan la excelencia.
Siempre he pensado que debemos rodearnos de personas más inteligentes que nosotros, para crecer, para aprender, para  subir el listón.
A veces nos da miedo brillar, destacar, mostrar nuestras diferencias. Otras veces a los que nos rodean también les da miedo, porque sólo los más inteligentes saber ver el brillo en los demás y no sólo lo aceptan sino que deciden compartirlo e incentivarlo.

¿Te atreves a hacerte preguntas?

Las preguntas son poderosas. Nuestro diálogo interior es necesario para crecer. Las preguntas son, a veces, más importantes incluso que las respuestas… Aunque, demasiado a menudo, nos hacemos trampa. Nos preguntamos cosas que tenemos superadas con lo que las respuesta que obtenemos son cómodas y llevaderas. Como si cada día corriéramos el mismo tramo sin intentar ir más allá o hacerlo más rápido. Nunca batimos nuestro récord, nunca nos superamos. Nos movemos en ese metro cuadrado de logro que nos gusta recordar. Por eso cuanto más impertinentes seamos con nosotros mismos más lejos llegaremos en nuestro análisis interior.

¿Sabes encontrar las palabras adecuadas?

Nuestras palabras nos definen, nos acotan, nos dibujan. Limitan la manera cómo vemos el mundo y deciden nuestra actitud y nuestros pensamientos. Con ellas construimos nuestro día a día, son el material que usamos para poner nombre a nuestros sueños y a nuestros miedos… Dibujan nuestro mundo… Somo las palabras que decidimos escuchar y leer. Las que guardamos en la memoria y aún nos arañan. Las palabras generan emociones y las emociones son lo que nos construye… Escojamos bien nuestras palabras.